1. Y finalmente... ella y tu regalo (Tercera parte)


    Fecha: 13/08/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... dijo…
    
    —Esto no se puede quedar así Rodrigo. Si todo es por mi culpa, tengo que ayudarte a solucionarlo. —¿Pero cómo solucionar lo que ya estaba consumado? Pensé para mí.
    
    —¡Pao mira! Más reversa tiene un avión. A lo hecho pecho. Ella estaba ofendida y quería su desquite. Yo pensé que lo mejor sería darle carta blanca, me engañé creyendo que no sería capaz y mira, lo hizo. Ya no hay nada que hacer.
    
    —¡A vaina triste! No joda. Déjame nene y le doy una vuelta a eso en mi cabeza. Ya se me ocurrirá algo para ayudarte a darle su merecido. —Me respondió Paola y de inmediato se dirigió a su escritorio y yo, pues al mío. Tenía que atender a una clienta ya cincuentona que quería cambiar su camioneta por una similar pero del último modelo. Y yo vi la oportunidad de hacerme a esa SUV, ya que tenía poco uso a pesar de ser un modelo con cinco años de antigüedad, a buen precio si sabía mover mis labios y acomodarme de manera que notara mi «encanto» por colaborarle a renovar el modelo.
    
    A la hora del almuerzo no me pude encontrar con Paola para salir juntos pues ella se encontraba reunida con mi jefe inmediato, supuse que para terminar de cuadrar horarios por sus días de permiso, debido al tema de su boda. Finalizando el postre y un café negro, recibí la llamada de mi esposa. ¡Mierda! Se me había olvidado llamarla para hablar con mis hijos.
    
    —¿Aló? —Contesté. —Bueno, si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.
    
    —Sí, lo sé y lo lamento. —Le respondí.
    
    —Es que salí ...
    ... de la reunión un poco apurado. ¿Cómo están los niños, me los puedes comunicar para hablarles?
    
    —Pues no se va a poder. Decidieron quedarse este fin de semana con mi mamá. —Puntualizó Silvia.
    
    —¡Uhum! ya veo, bueno. Esperemos que se diviertan con ella estos días. ¿Y entonces tú dónde estás? —Le respondí, tratando de no parecerle molesto.
    
    —Fui de compras y al banco a cancelar los recibos y pagar el mes de renta del piso. —¿Pagar? ¿Con que dinero si a mí se me había pasado por alto dejarte los euros? —¿Silvia y de donde sacaste el dinero? —Le pregunté finalmente.
    
    —¡Ahh pues!... Hugo me facilitó algo ayer en la mañana. Después cuadramos los dos. No te preocupes por eso ya. —Preocupado yo no estaba. Apesadumbrado era como me sentía.
    
    —Ok, perfecto, más tarde hablamos que voy a atender a un cliente. —Le manifesté, tratando de terminar la llamada, pero ella continuó…
    
    —¡Rodrigo! Espera. ¿Cómo se siente saber que eres un “cornudo”? —Lo dijo en un tono que no era cínico, al contrario era más bien afligido.
    
    —Pues sinceramente mal. —Le respondí y a continuación me despaché con sarcasmo…
    
    —Aunque yo no llegué hasta la mañana siguiente, como tú si lo hiciste. —Terminé por aclararle mi situación sentimental.
    
    —¡Vaya!… ¿Me vas a echar en cara eso? Yo no tengo la culpa de que tú no aguantaras tanto como yo y menos que solo te pudieras divertir en tu fiestecita con una sola puta. —Eso sí me dolió. Pensé no responderle nada, pero finalmente le dije…
    
    —¿Sabes qué Silvia? ...
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