1. De marido comprensivo a cornudo mirón


    Fecha: 14/08/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... reclamado en algún momento? Pero ella no reparaba en eso. Disfrutaba la aventura y disfrutaba ser el objeto sexual de aquel.
    
    Después de aquello terminaron de desnudarse. Me impresionó, debo decirlo, el cuerpo bien formado y trabajado de ese muchacho. Llegué a pensar que era mucho hombre para esa hembra. En realidad, se veía el contraste. El, alto, acuerpado, musculoso, exhibiendo un miembro proporcionalmente grande con respecto a su cuerpo, y ella, más bajita, más menuda, aparentemente indefensa, más blanca. Por mi cabeza pasó la idea de que su miembro era muy grande para su vagina y que quizá la penetración le iba a causar algún dolor. Pero no fue así.
    
    Ella, desnuda frente a él, propició la penetración. Se acomodó de espaldas en la cama y abrió sus piernas, invitando tácitamente a que aquel la penetrara, como en efecto sucedió. Él también fue cuidadoso e introdujo su miembro en la vagina de mi mujer con mucha delicadeza, yendo de a poco. Pero ella estaba tan excitada y lubricada, que su pene entró sin dificultad alguna. Y el gesto esperado de dolor se convirtió en una sensación placentera, lo que hizo que ella lo tomara por sus nalgas y lo guiara para que la penetrara más profundamente.
    
    El movimiento del cuerpo de aquel, penetrándola a ella, me excitó sobre manera. El contraste del color de su piel con el de ella y la longitud del miembro que ingresaba y salía constantemente del cuerpo de mi mujer era fascinante. Y verla a ella como se contorsionaba en respuesta a ...
    ... los movimientos de aquel, simplemente cautivaba la vista y agudizaba los sentidos para identificar qué pasaba a cada instante. En ese, su primer encuentro sexual oficial con un extraño, totalmente dispuesta y entregada a la experiencia, curiosamente no emitió ningún gemido. La expresión de su cara y las contorsiones de su cuerpo confirmaban lo bien que lo estaba pasando, pero nada más.
    
    Y después de aquello, pasado su primer intercambio sexual entre ellos, y después de un descanso, ella tomó el control de las acciones y, montándose sobre el pene de aquel, se movió de lo lindo al ritmo de sus personales y particulares sensaciones. Su cadera era verdaderamente una batidora, para complacencia y agrado de su macho, quien gozaba a plenitud su atrevimiento. Jamás me imaginé que mi esposa fuera capaz de comportarse como lo estaba haciendo, dejando atrás tanto recato e inhibiciones. Realmente, esa noche, podría decir que había visto a otra persona, otra mujer diferente a la que cotidianamente convivía conmigo.
    
    Esa expresión liberada de su sexualidad y su comportamiento con los hombres no se detuvo. Nuestra manera de comunicarnos en pareja no cambió en realidad. Simplemente aparecieron códigos no verbales, que, debidamente interpretados, daban a entender el real significado de lo que pasaba por su interior. Y, eso, de verdad, me sorprende incluso ahora, pues no sé cuál será la próxima expresión que debo traducir para interpretar sus gustos o deseos. En otra ocasión, recordando las ...
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