1. De marido comprensivo a cornudo mirón


    Fecha: 14/08/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... proezas acaecidas en ese primer encuentro con su amante, me informó que se había puesto en contacto con él y que tenía deseos de verle, pues hacía tiempo nada se sabía de él. ¿Propósito? Pregunté, esperando que me dijera que se quería revolcar con él o algo parecido. Conversar y saber qué ha sido de él fue su respuesta.
    
    Y, con esa idea, fuimos a verle. Incluso ella, contrario a como ha sido en otras ocasiones, fue vestida de manera muy convencional. Nada de vestido insinuante ni atrevido, nada de lencería. De verdad, le creí. Pensé que íbamos a conversar, tomarnos un café y pasar el tiempo. Sin embargo, una vez frente a frente, se desató la calentura y, sin siquiera haber previsto o planeado nada, el encuentro terminó entre sábanas. Y, para complementar, la despedida de ambos se dio bajo la ducha con agua caliente, extendiendo aún más los coqueteos, lo toqueteos y el intercambio sexual. Casi no acaban. No lo esperaba. Me vi sorprendido.
    
    O, como en otra ocasión, que, a regañadientes, aceptó asistir a un encuentro con un muchacho que habíamos contactado por internet, simplemente con el propósito de conocerlo. Era un día jueves. La primera impresión no pareció favorable y ella, durante la conversación, se mostró muy indiferente y evasiva. Y, como ya creo conocerla un poco, me ausenté por un rato y le dije al muchacho, bueno, voy al baño. Si quiere tener sexo con ella esta noche, tendrá que convencerla, así que ahí los dejo un rato. ¡Déjelo de mi cuenta! Dijo ...
    ... él.
    
    Conversaron un rato, bailaron otro tanto y, cuando regresé, pregunté. ¿Vas a hacer algo con él? Pero, sería un ratico, contestó ella. ¿Acaso no tienes vuelo mañana? Me dijo. ¡Ahora no importa eso! repliqué. ¿Quieres o no quieres estar con él? Sí, fue su categórica respuesta. Así que salimos en búsqueda de un sitio donde poder realizar el encuentro. Al llegar allá, sin demora, cada uno se desnudó por separado y nuestro nuevo amigo, excitado como estaba con la aventura, rápidamente montó a mi mujer y empezó a disfrutar de ella como se le antojó. Y ella, encantada, no paraba aquello.
    
    Después de penetrarla varias veces y haberla hecho experimentar orgasmos en diferentes posiciones, el muchacho se tomó un descanso. Ella, mostró su gusto, quedándose allí, tendida en la cama, esperando, tal vez, una nueva atención. Entonces, viendo que el tiempo había pasado y ciertamente tenía compromisos laborales muy temprano, me atreví a intervenir. Bueno, dije, si queda algo pendiente, mejor se apuran, porque ya nos tenemos que ir. El muchacho se incorporó, dirigiéndose a ella, sin decir nada, tan solo enarbolando su miembro erecto. Y ella, tampoco sin decir nada, abrió de nuevo sus piernas para recibirle. Y otra vez presencié una faena casi interminable. Estaba insaciable. Y eso me comentó el muchacho: Esta comeloncita la señora ¿no?
    
    De manera que me aficioné a ser sorprendido, a no estar cierto de lo predecible y a esperar ver algo nuevo cada vez, a seguirle la corriente. Me encanta. Aquel ...
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