1. Anita de tus deseos (capitulo 12)


    Fecha: 29/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    ... dolor que incluso me meé. Finalmente, papá, sudando copiosamente, se cansó de golpearme, me soltó el pelo y me dejó llorando tirada en el suelo. Se sirvió un vaso de ginebra, se sentó en la silla y durante mucho tiempo estuvo mirándome mientras seguía llorando. Me dolía todo el cuerpo, y los verdugones me escocían por el sudor que cubría mi cuerpo. Cuándo me serené un poco, gateé hasta él y de rodillas me abracé a su pierna mientras apoyé la cabeza sobre el muslo.
    
    Al principio papá no hizo nada: siguió indiferente con su vaso de ginebra. Pero, al final, empezó a acariciarme el pelo y eso me hizo muy feliz. Terminó con la ginebra y dejando el vaso en la mesita, me hizo incorporar y de rodillas me puso entre sus piernas. Empezó a besarme mientras con los dedos de la mano derecha atrapaba uno de mis pezones y me lo retorcía con saña. Me quejaba mientras intentaba con ansia atrapar su lengua. Bajó la otra mano hasta mi vagina y empezó a estimularme mientras separaba las piernas para facilitarle la labor. Nuevamente, rápidamente me corrí mientras seguía retorciéndome la teta.
    
    —Tráeme otro vaso de ginebra y algo de picar: rápido, —me ordenó cuándo ni siquiera me había recuperado del último. Salí corriendo mientras mis flujos resbalaban por el interior de mis muslos y al poco tiempo estaba de regreso con lo que me había pedido papá. Después me arrodillé y volví a apoyar la cabeza en su regazo.
    
    Estuvo picado y ...
    ... bebiendo mientras miraba la tele: había una película. Durante todo el tiempo seguí con la cabeza apoyada en su regazo y en ocasiones restregaba la cara con su bragueta, pero papá parecía indiferente.
    
    Cuando terminó la película, se arrodillo detrás de mí, me sujeto por las caderas y sin lubricante me penetró por el culo: nunca lo había hecho así. Con la mano izquierda me agarró muy fuerte del pelo y tiro hacia el hasta que mi espalda estuvo en contacto con su pecho, y mi cuello muy forzado hacia detrás. Me hizo mucho daño con la penetración, pero era tremendamente feliz porque otra vez me estaba usando. Mientras me follaba, con la mano derecha me retorcía una teta haciéndome aún más maño. Tardó mucho en correrse, y yo tampoco lo hice hasta que bajó la mano derecha y alcanzó mi vagina. A los pocos segundos acompañe a papá y los hicimos juntos puenteas con la palma de la mano me golpeaba el chocho.
    
    Me dejó caer al suelo y me quede ahí tirada. Se sentó en la silla y mientras cogía en vaso puso un pie sobre mi cuerpo sudoroso.
    
    —Por hoy ya vale: mañana empezaremos en serio, —dijo al cabo de un rato—. Vete a la cama y duérmete que mañana vas a tener un día muy intenso.
    
    —¿Puedo ducharme papá?
    
    —Sí, dúchate, pero luego ya me has oído.
    
    Me levanté un poco asustada por sus palabras y subí las escaleras. Me di una ducha rápida y me metí en la cama con la incertidumbre de lo que me depararía el siguiente día. 
«12345»