1. Dos lesbianas y un capullo


    Fecha: 22/08/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el trasero, aunque él apenas notó el golpe.
    
    Pe… pero… no era necesario reventarle los huevos. Es mi hermano, tía. - le dijo Gina aún asimilando lo que estaba pasando.
    
    - ¿Que no era necesario? ¡Debería habérselos cogido y arrancado de cuajo! Mira esto. - dijo Lucía cogiendo el móvil del chico de la arena y dándoselo a Gina.
    
    Esta no daba crédito viendo las fotos de ella y su novia desnudas.
    
    - Tenías razón Lucy, todos los tíos son iguales, hasta los de tu propia familia. - dijo Gina con decepción tras un largo momento pensando.
    
    - Por fin te das cuenta. Ya que la patada del otro día no ha servido de nada, tenemos que darle una lección que no olvide jamás. - animó Lucía.
    
    Sin perder tiempo e ignorando las suplicas de Jose, las chicas le apartaron las manos de la entrepierna y lo inmovilizaron mirando al cielo. Lucía le estiró los brazos sobre la cabeza y se sentó sobre ellos, mientras que Gina le cogió los tobillos y le levantó las piernas siguiendo las instrucciones de su novia. El chico agonizaba por un dolor que crecía al mismo tiempo que sus testículos se hinchaban, un dolor que al no poder agarrarse parecía aún más intenso.
    
    - Es verdad que tiene la polla como un bebé. - dijo Lucía entre risas.- ¿Y con eso querías estar conmigo? Venga Gina, petéalo con fuerza!
    
    La chica, dubitativa, se quedó contemplando a su hermano, con lágrimas en los ojos y suplicando con la mirada. Justo en el centro de la “V” que formaban sus piernas, dos grandes testículos que ...
    ... brillaban rojos bajo los rayos de sol. Por fin cargó la pierna, pero su patada fue tímida, aunque al chico le pareciera devastadora e hiciera que las chicas tuvieran que emplearse a fondo para mantenerlo inmovilizado.
    
    - Puedes hacerlo mejor ¡Vamos! Piensa en las fotos que te ha hecho. - le decía Lucía.
    
    Sus palabras surtieron efecto y la chica no escatimó esfuerzos en su segunda patada. De no estar dentro del escroto, es probable que los testículos de Jose hubieran salido disparados hacía Lucía. Pero volvieron a su posición, donde los esperaba una segunda patada. Gina pereció cogerle el gusto, pues, mirando fijamente la descompuesta cara de su hermano, encadenó una furiosa patada tras otra. Cuando se cansaba, pensaba en las fotos y en cómo podían haberle arruinado la vida y con eso recobraba fuerzas para seguir pateando hasta que de verdad no pudo más. Todo ello mientas Lucía la animaba a seguir cual entrenadora de boxeo.
    
    El chico quedó babeando, le pitaban los oídos y apenas podía respirar. Incluso alzó la cabeza para comprobar si sus testículos seguían ahí, y sí, seguían, más grandes que nunca. La lección no iba a olvidarla en la vida, pero por desgracia no acabó ahí, ya que Lucía también quería divertirse e intercambió la posición con Gina.
    
    Cuando Jose vio a Lucía separándole las piernas y mirándolo con una sonrisa diabólica casi se mea encima. Su miedo estaba totalmente justificado, pues la lesbiana no titubeó como su hermana y, sin soltar los tobillos, saltó hacia ...