1. Mi vecina madura


    Fecha: 09/09/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Jose17cm, Fuente: CuentoRelatos

    ... indiscreto nos sorprendiera en plena faena. La luz del mismo era una triste bombilla y apenas iluminaba la estancia con tanto trasto que había, pero era suficiente para deleitar mi vista con su cuerpo.
    
    Con la puerta cerrada, la agarré de las piernas y ella las entrelazó alrededor de mi cintura. Empecé a deslizar mis labios por su cuello y lamerla todo cuanto pude. Así estuvimos un par de minutos.
    
    Después, la giré y la puse frente a la puerta. Ella estiró sus brazos hacia arriba, tocando con la punta de los dedos casi el marco. Mientras seguía besándola, desabroché su short. Alicia se quitó con facilidad la camiseta de tirantes. Para mi sorpresa, llevaba un bañador blanco que nunca antes le había visto lucir en la piscina. La parte de abajo era un bikini tanguero que hacía todavía más apetecible e irresistible su culo.
    
    Yo: "¿Y este bikini?".
    
    Alicia: "Es nuevo. Pero no lo bajo a la piscina porque me da vergüenza usar el tanga delante de los vecinos. Lo tenía reservado para la playa".
    
    Yo: "Pues lo vas a estrenar hoy a lo grande conmigo".
    
    Le di un sonoro azote en cada nalga y volví a ponerla frente a la puerta. Ella soltó dos pequeños gritos que ahogué enseguida tapándole la boca con mi mano derecha. Nos miramos y sonreímos en un gesto de complicidad. Me arrodillé y, mientras bajaba mis manos acariciando por sus costillas, cintura y cadera, empecé a lamer sus nalgas. Poco a poco, iba apartando la tela del tanga e iba introduciendo mi lengua. Se volvía loca. ...
    ... Saboreé tanto cada nalga que había formado una fina película de saliva entorno a su culo, como si fueran unas braguitas a medida.
    
    Antes de que cayera el tanga al suelo, volví a subir para quitarle el top. Ante mi se alzaron dos tetas preciosas y empecé a devorárselas. Me metí sus pezones en la boca, y los masajeaba con mis labios y mi lengua. Pero el hambre que tenía de comerme aquél cuerpo, que se había ido acumulando durante años, me hizo querer más. Mucho más. Sus pechos tenían el tamaño perfecto para abarcarlos casi enteros con mi boca. Primero uno y luego otro.
    
    En ese momento, ella quiso corresponderme y quiso agarrarme la verga, pero no se lo permití todavía.
    
    Yo: "todavía no, guapa. Ya tendrás tiempo. Ahora eres mía. Vas a disfrutar y cuando yo te diga podrás llevártela a la boca".
    
    Ella no dijo nada y se dejó hacer. Yo sabía que si dejaba que me la chupara en ese momento me correría enseguida.
    
    En ese momento aproveché para, por un rato, dejar sus tetas y bajar besando su vientre, recreándome en su ombligo. Mientras lo hacía, le quité el tanga. Con el en sus tobillos, bajé y puse mi cara en su monte de venus, sabedor del manjar que me iba a comer. Tenía algo de bello en su sexo, algo que me encantaba, pues era como lo había imaginado. En ese momento, mientras empezaba a comerle el coño, con su espalda apoyada en la puerta, alcé su pierna derecha por encima de mi y apoyó su muslo sobre mi hombro izquierdo. Repetí la operación con su pierna izquierda. Así, ...
«1...3456»