1. De hombre simplón a hembrón de fantasía


    Fecha: 10/09/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: JoseRelatos, Fuente: CuentoRelatos

    ... Ah... cuando me recupere seguimos. - me quedé aterrado, sabía que cuando recuperara su erección lo que seguía era el sexo... sin embargo eso nunca ocurrió.
    
    - Maldición. - lo escuché decir luego de muchos minutos. Me ordenó agarrar su pene con la mano y masturbarlo, pero nunca pudo volver a colocarse duro.
    
    - Ya está, se acabó. Hice todo lo que me dijo. - me puse de pie, aún con su semen entre mis pechos. Él me miraba frustrado, no pudo cumplir con su fantasía de poseer mi cuerpo.
    
    - Espera... debo pedirte un favor. - me dijo nervioso y algo avergonzado.
    
    - ¿De qué se trata? - pregunte volteando a verlo.
    
    - Necesito que gimas un rato... para no quedar mal con esos viejos.- me dijo y yo no podía creerlo, era tal su necesidad de presumir que me estaba pidiendo eso.
    
    - Me niego, se acabó. - respondí con más seguridad, me comenzaba a sentir mejor.
    
    - Por favor... es parte del acuerdo. - me dijo intentando incluirlo en el trato. Yo sonreí pensando poder sacar provecho.
    
    - No lo es, si quiere que lo haga, págueme.- lo dije más que nada para molestarlo. Pero me sorprendió que aceptó a regañadientes.
    
    - ¿Cuánto quieres? - dijo mirándome con algo de molestia.
    
    - Cien dólares, no voy a negociar. Si se niega le diré a sus amigotes de su pequeño problema de erección. - tomaba cada vez más confianza, como ese hombre resultó ser un perdedor me hizo sentir más seguro.
    
    - Ok, como digas. Ahora sólo gime y grita lo que te diga. - me dijo resignado.
    
    Escuche ...
    ... atentamente sus instrucciones y me volví a sonrojar muchísimo. Pero ya había aceptado el trato.
    
    - ¡Sí, dios mío! ¡Que pija más rica! ¡Delicioso! - comencé a exclamar muy fuerte, una tras otra cada una de las frases que me dijo.
    
    - ¡Don Ernesto, me encanta! ¡Ah sí! ¡Lo amo demasiado! - repeti sus palabras, ya entendía porque las chicas eran tan escandalosas cuando entraban a aquel lugar, todo era una petición del inseguro viejo para quedar bien con sus amigos.
    
    Una vez termine recibiendo el pago y me fui a limpiar al baño. Una vez con la ropa puesta me dispuse a abandonar del lugar, él viejo casero no me dijo nada. Se sentía muy mal por su pésimo desempeño en la cama. Aproveche de decirle algo.
    
    - A José no le pasan estas cosas, siempre me responde en la cama. - dije para hacerlo sentir aún peor y desquitándome de todos los insultos que dijo sobre mi persona.
    
    Luego de eso me fui, pude ver a los vejetes murmurando sobre la supuesta cogida que me dio su amigo. No les di mayor importancia y subí hacia mi departamento. Entre y me di un baño.
    
    Ya tenía dinero, podría comprar ropa para que se adecue a mi cuerpo. Además tenía que trabajar en un lugar informal, donde no necesitara mayor documentación. Ya más tranquilo pude ver la solución más sencilla.
    
    En mi antiguo trabajo como mesero se trabajaba por semana y sin contrato alguno, podría postularme ahí.
    
    Me recosté en la cama y pude escuchar una vez más a mi vecino Jean haciendo ruido con su música. Me levanté con molestia, ...