1. Caitiff


    Fecha: 15/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... otras cosas. No sabía nada de su familia y amigos. ¿La estarían buscando? Era muy posible que sí y en nada, se sintió inundada por un enorme malestar. De repente, escuchó un sonido de motor.
    
    Justo delante, tenía una limusina. El coche era alargado y blanco como el marfil, con los cristales tintados. Una de las puertas traseras se abrió.
    
    —Entra —dijo una aterradora voz a su espalda.
    
    Al volverse, vio detrás a un tipo calvo y de piel muy pálida. Sus ojos eran marrones oscuros, pero brillaban muy intensamente bajo la luz de la luna. Llevaba un traje de lino muy elegante, pero su porte agresivo y desgarbado lo hacía ver como alguien muy hostil. Debía de ser quien le había abierto para que saliera del teatro.
    
    —Vamos —habló más amenazador.
    
    Los dos anduvieron hacia el coche y cuando ya estaban justo a su lado, se volvió hacia el tipo. Este le sonrió de forma siniestra, dejando al descubierto sus colmillos, relucientes en medio de la oscuridad levemente iluminada por las débiles luces de las farolas. Le dio un toque en el hombro y Scarlett resopló. A marchas forzadas, entró en la limusina.
    
    Dentro, se sentó sobre un cómodo sillón de terciopelo azul. Se sintió algo cómoda, aunque ese confort se esfumó al ver a quien tenía delante. Era Alisha.
    
    —Gracias, Marius —le dijo al hombre—. Ve delante con el chofer.
    
    —Sí, señora.
    
    La puerta se cerró y el coche tembló un poco. Scarlett se hallaba nerviosa. No entendía que hacía allí ni cuáles serían las intenciones de esa ...
    ... mujer que la miraba con tanta alevosía. Se sentía muy asustada en aquel lugar, casi con ganas de escapar. De repente, el vehículo se puso en marcha y comenzó a andar.
    
    Mientras avanzaban sin descanso, Scarlett miró hacia cada rincón, desconfiada del sitio en el que estaba. Alisha, con una pierna cruzada sobre la otra, la observaba con tranquilidad al tiempo que bebía una copa.
    
    —Tienes unos ojos muy bonitos —dijo de repente.
    
    Scarlett, quien tenía la mirada perdida en el techo, tembló de forma abrupta al sentir que le hablaban. Se volvió a la Malkavian, sin saber que responder.
    
    —¿De qué color son?
    
    La pregunta le sonó indiscreta, aunque notó algo en su tono que le resultaba dulce. Sabía, por lo que tenía entendido de lo visto en películas y series, que los vampiros eran seres muy manipuladores. Miranda ya lo hizo una vez y estaba segura qde ue Alisha haría lo mismo. Debía tener cuidado.
    
    —Son color miel —contestó algo dubitativa.
    
    —Seguro que cuando eras humana, debían ser preciosos —habló la vampira con un deje de ternura en su voz—. Ahora que te has convertido en uno de los nuestros, son mucho más deslumbrantes. Resplandecen mucho, como la llamita que prende una vela.
    
    Le encantaría tener un espejo delante para fijarse en eso. En verdad, sentía curiosidad por saber cuánto habría cambiado. Por ahora, tenía la piel más pálida y unos colmillos bien afilados, pero quería averiguar que más cosas nuevas habría desarrollado.
    
    —¿Quieres algo de beber? —le propuso ...
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