Caitiff
Fecha: 15/09/2023,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... No tenía ni idea de donde se estaba adentrando.
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La llegada al piso estuvo marcada por el caos. Desde que entraron en el ascensor, Scarlett y Miranda se vieron arrastradas por una pasión irrefrenable. No dejaban de besarse, entrelazando sus lenguas y chupándose la una a la otra, poseídas por un frenesí intenso. Sus manos exploraron cada rincón de sus cuerpos, revolviendo sus ropas y dejándolas con ganas de más.
Cuando el ascensor llegó a la planta correspondiente, las dos salieron y pusieron rumbo al piso. Una vez dentro, Miranda volvió a abalanzarse sobre su indefensa presa y la estampó contra la puerta que acababa de cerrar. A Scarlett la pilló desprevenida. No esperaba que la mujer fuera tan ansiosa. Esa acción la atemorizó un poco, pero en cuanto sintió de nuevo sus besos y caricias, supo que no le haría daño. Pegó su boca contra la de ella y continuaron con su pasional juego hasta que la anfitriona decidió llevarlo todo al dormitorio.
Cogida de la mano, se dejó guiar hacia la estancia. En ese punto, era como si ya no le importase nada. Se hallaba a merced de aquella increíble mujer, algo impensable. A lo largo de su vida, había conocido a varias que eran impresionantes, pero ninguna llegaba al nivel de Miranda. Nada más entrar, la arrojó sobre la cama y comenzó a desvestirla sin mayor preámbulo.
El vestido azul que llevaba puesto se deslizó por su cuerpo a gran velocidad hasta acabar en el suelo. ...
... Scarlett se sintió un poco vulnerable al verse desnuda. A pesar de llevar su ropa interior, nunca se había mostrado en ese estado ante otra persona. Mientras, Miranda comenzó a quitarse la suya. La chaqueta, la camiseta y sus pantalones. No llevaba ni bragas ni sujetador. Se quedó sin palabras al verla así.
Su piel era muy blanca. Ya bajo la apagada oscuridad de la discoteca resaltaba, pero ahora, en aquella diáfana habitación, podía verla mejor. Tan pálida y, a la vez, brillante, nada que ver con la piel sonrosada de ella. Se fijó en sus medianos pechos y descendió por las curvas de sus caderas hasta dar con su entrepierna, donde tan solo había una mera línea de vello púbico. Los labios vaginales se notaban entreabiertos y húmedos. Estaba impresionante. Con paso lento y decidido, fue hasta la cama, donde Scarlett se hallaba recostada. Se subió y fue gateando hacia ella. Muy pronto, la tuvo encima.
Se miraron. No podía creer que hubiera llegado a algo así. El corazón le latía con mucha fuerza. Pensaba que le iba a dar un infarto por todo lo que sucedía. Miranda la observaba con esos ojos tan intensos. Eran como dos luces que parecían haberla atrapado y no sabía qué hacer. No parecía tener escapatoria. Tan solo, entregarse y eso fue lo que hizo. Sin dudarlo, la besó.
Ambas mujeres unieron sus bocas de nuevo. Sus lenguas volvieron a enlazarse en un húmedo abrazo y se deleitaron con el sabor de cada una. En un momento dado, Miranda mordisqueó el labio inferior de Scarlett, ...