Caitiff
Fecha: 15/09/2023,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... algo que le gustó mucho. La mujer la besó con deleite por su rostro y continuó descendiendo por el cuello. No podía más que disfrutar embelesada mientras su amante degustaba todo su ser.
En un rápido movimiento, Miranda bajó los tirantes del sujetador y con ellos, las copas, dejando al descubierto los pechos de Scarlett, quien se lo desabrochó para terminar de quitárselo. Algo más grandes que los de ella y coronados con un pezón rosado, fueron devorados con avidez por la pálida mujer. Los lamía y chupaba con deleite, dejando que su lengua recorriera cada centímetro de ellos, dejándolos bien brillantes por la saliva. Los pezones los engulló con ganas, atrapándolos entre sus labios y poniéndolos bien duros. La pelirroja gozaba con aquel intenso placer y eso que aún no había terminado el descenso. Su coño estaba bien húmedo, ansioso de que lo colmaran de la misma atención.
Miranda prosiguió su recorrido. Dejando atrás los pechos de Scarlett, bajó por su vientre plano. Horadó su ombligo con la lengua y no dudó en introducirla dentro, arrancando a la chica un inesperado gemido. Sin embargo, la cosa no acabó aquí. Con una amplia sonrisa de satisfacción, la pelinegra continuó hasta llegar a la entrepierna de su amante. Ella contemplaba nerviosa el momento y, aunque algo reticente, se abrió de piernas.
—Um, que mojadita andas por aquí —señaló Miranda al tiempo que sus dedos recorrían la húmeda tela de su ropa interior.
Aquel lento roce puso a Scarlett un poco alterada. ...
... Volvió su vista de nuevo hacia Miranda y notaba como esos ojos verdes tenían un brillo distinto. De hecho, el rostro de la mujer cambió de forma repentina. Por un momento, lejos de ver a una hermosa fémina lista para practicarle sexo oral, creyó ver a un ser de facciones imposibles que parecía engañarla. Eso la asustó bastante, llegando a ponerla tensa, pero, en un leve parpadeo, su cara volvió a ser la misma. Cuando comenzó a besar directamente su sexo por encima de la tela, lo único que pudo hacer fue entregarse al placer.
—Y que rica sabes —fue lo siguiente que expresó la misteriosa dama, relamiéndose los labios—. Aún así, creo que te quitaré las braguitas para degustarte mejor.
Algo en su mirada le resultó raro, pero no le hizo mucho caso. Sin más preámbulos, le quitó la ropa interior y se dispuso a devorar su preciada vagina. Scarlett tembló un poco al inicio.
—Tranquila, no voy a morderte —dijo juguetona para tranquilizarla.
Pese a seguir un poco agobiada por todo lo que sucedía, la chica decidió relajarse. Lo necesitaba. Mientras, más abajo, Miranda comenzaba a lamerle su coño.
Sentir como aquella lengua pasaba por su húmedo sexo excitó mucho más a la chica. Comenzó a gemir con suavidad mientras sentía ese cálido contacto. Resultaba delicioso. Miranda se esmeraba lo mejor que podía. Recorría cada centímetro de esa mojada cueva, repasando los sonrojados labios menores, que se abrían como si quisieran darle la bienvenida a su interior. En un momento dado, ...