Los traidores
Fecha: 02/07/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... quien sólo lleva una camisa que le queda enorme, y le tapa parte de los muslos, escondiendo la ropa interior.
Germán abre la puerta de su cuarto y le hace señas para que entre.
— Lo que te dije en el mensaje es cierto. — dice Camila, bajo la luz tenue de una lámpara.
Germán parece no oírla, sólo se limita a comérsela con la mirada. No podía estar más sexy, con esa camisa, que evidentemente era de su hermano.
— De verdad, te digo. — le dice ella. Se corre el pelo castaño detrás de la oreja. Él se le acerca. Solo lleva el bóxer negro, tal como ella se lo había imaginado. Su torso fuerte está lleno de vello, y su pelo despeinado, le dan un aire salvaje. Su miembro prodigioso no parece caber en el bóxer, a medida que se va hinchando. — ¿No te das cuenta que somos unas basuras por hacer esto? — insiste Camila, aunque no puede evitar pasar la lengua por sus labios, mientras lo observa.
Germán la agarra de la cintura y la atrae hacía él. La hace girar en un movimiento brusco, la levanta, y la tira a la cama con violencia, quedando ella boca abajo.
Él se sube a la cama. Se acuesta encima de Camila. Siente el olor de su pelo, aspirando profundamente. Hace un recorrido olfativo a través de todo su cuerpo, percibiendo el aroma de su hermano en la camisa, la cual levanta, le arranca la bombacha, tal como lo había hecho aquella primera vez, trayéndole a Camila recuerdos incendiarios. Mete la nariz entre las nalgas, y le huele el culo, para, acto seguido darle una ...
... chupada al ano. Ahora extiende todo su cuerpo encima del de ella, ambos están a la misma temperatura. La abraza “vos sos mía” le susurra al oído. Sus manos agarran las de ella, que están extendidas en la cama, y sienten los dedos de él, cerrarse sobre ellas. Camila flexiona la pierna izquierda, quedando en una suerte de postura jeroglífica. Germán se baja el calzoncillo, y apunta su lanza al sexo de Camila. Ninguno de los dos piensa, siquiera, en que deberían usar preservativo, porque eso siempre fue parte del peligro que tanto los encendía. La verga entra en el terreno conocido, empapándose. Camila gime. “despacio por favor”, le dice, porque teme hacer ruido. Germán hace suaves movimientos pélvicos. La verga, se entierra, de a poco, más y más. Camila siente el cuerpo cálido de su cuñado encima de ella, como si fuera parte del suyo. Todas esas extremidades duras y vellosas que Germán mueve hábilmente como si las manipulara con la precisión de una máquina, le pertenecen. “¿Quién es tu macho?” le pregunta él. “vos” contesta ella, sin dudarlo. Germán acaricia todo el cuerpo de Camila, con cada milímetro del suyo. Siente las nalgas de su cuñada en su pelvis, cada vez que la penetra, siente el latido de su corazón en su propio pecho, y por momentos, no sabe cuál de las cuatro manos que están como anudadas son las suyas.
Camila se imagina a Marcos escuchar los débiles, pero inconfundibles ruidos de la cama, moverse, cada vez que Germán la penetra. Se imagina muchos escenarios ...