1. Mi esposa y yo follados frente a nuestros amigos.


    Fecha: 24/10/2021, Categorías: Bisexuales Tus Relatos Autor: Javier, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... termino de bailar, y se metió por detrás de nosotros a nuestras espaldas, recargando todas sus tetas sobre el brazo del lanchero que descansaba su mano en mi pierna, ella nos dijo: no estén de cochinos. A lo que se metió entre nosotros, e hizo que ambos nos acostáramos para ver las estrellas, se volteo hacia mi, y por primera vez en la noche me beso, dando la espalda al negro, que pude ver también se giro hacia mi, detrás de ella, con la mano que no tomaba mi cara, pude ver como ella acariciaba la polla del lanchero, el ruido de fondo, gemidos ajenos, no podía ser más provocador, sólo las manos del negro recorriendo las caderas de mi novia me regresaron a la realidad, decidí dejarme ir, y meterme al revoltijo de manos, saque las tetas de Camila, y las empecé a chupar, y ella me dijo, ¿No le vas a ofrecer de cenar a nuestro invitado?, me quede consternado, pero me dijo, al menos tráele una cerveza. Claro, no habíamos probado la comida, y bebida ya no teníamos, así que fui a la hielera por bebida para todos, al regresar, Camila estaba montaba sobre el negro tumbado en la arena, con las tetas de fuera, tomada de ambas mano y riendo como loca.
    
    Ella me dijo, que el había intentado propasarse y que tuvo que someterlo, me reí y le dije, si claro, y me dijo, ¿quieres ver?, no conteste. Pero ella puso sus enormes tetas sobre toda la cara del negro, ante lo que él entre el legitimo sofocamiento grito: me rindo. Camila, me dijo, ven acá con las bebidas y no seas celoso, me acerque ...
    ... y ella bajó mi traje de baño, sacando mi polla, aún sentada sobre el negro, comenzó a chuparmela, mientras movía la cadera sobre el lanchero, quien no tenía problema en agarrar sus tetas, aun cuando Camila tenía su boca en mi verga, incluso en algún momento me tocaba los huevos al darse un roce, me pasaba la mano por abajo, e intentaba llegar a mi ano.
    
    No me atreví a negar y me deje hacer, lo que marcó mi limite, fue cuando el lanchero se bajo la ropa interior a jalones con Camila montada, me dijo, discúlpenme chicos, pero esto ya no cabe adentro, salió de sí una verdadera anaconda, era tan gorda como un brazo de adulto y tan larga, que al quedar acomodada en la espalda de Camila, parecía que de penetrarla, la empalaría, le llegaba pues casi a la media espalda, o eso me pareció. 
    
    Camila, la acomodo entre sus nalgas, y comenzó a frotarla sentada sobre de ella, sin metérsela, ya que era muy miedosa a los contactos sexuales, pero notoriamente, estaba muy excitada, yo me preocupe cuando deje de ver las manos del lanchero en las tetas de Camila, estaban efectivamente, estimulando su clítoris una, y la otra acariciando su cadera, en algún momento, se escucho un grito que estremeció toda la playa vacía, el grito de Camila, al ser penetrada, no fue un grito que se sofocaría, al contrario, se repitió y prolongo, ella dejó de chuparme para concentrarse en domar y montar semejante animal, al sentirme ignorado, me puse de pie, por sobre el negro, frente a Camila, para hacerme una ...