UN GRAN DÍA 3 - Relatos Eróticos

UN GRAN DÍA 3

... Mica y Denisse. ¿Es cierto todo eso? 
Mientras bombeamos, conversamos. Yo no soltaba sus hermosas tetas. 
-Claro que es cierto. Algo de los diálogos lo tengo que inventar, porque no recuerdo palabra por palabra. Pero el sentido es tal cual. Son cosas que no se olvidan, por lo menos para mí.
¡Shaca! ¡Shaca! ¡Aaaahhh! ¡Aaaahhh! ¡Aaaahhh! ¡Paf! ¡Paf! ¡Paf! Todo tipo de sonidos y exclamaciones. Todo al compás de la cogida. ¡El culo de Laura es tan hermoso!
A Denisse no la voy a olvidar nunca en la vida. Salvo algunas pocas cosas que aprendimos de las “revistas ilustradas”, todo lo demás nos lo enseñó ella. A mí me vino fenómeno y… creo que a Micaela también. Yo era el súper canchero cuando estaba con las chicas. A las primerizas les encantaba que yo lo hiciera con ternura y paciencia, para evitar que tuvieran dolores o molestias. A las que tenían experiencia les encantaba que yo pudiera llevarles el ritmo, y además que siempre tuviera algo que enseñarles. Todas las chicas siempre quieren darle lo mejor de lo mejor al chico que les gusta. Es así, y es lo normal. ¡Ojalá que eso nunca se pierda!
-¡Con razón no te olvidás de nada!
-Puede ser no acordarme que comí ayer…, pero no me olvido de las mejores cogidas de mi vida.
-¿Mejor que ahora? – Laura simulaba trompita.
-No quiero decir eso. De todas las mejores cogidas, de éstas también, con vos, tampoco me las olvidaré jamás. – Me retiré de su culo. 
	Nos acomodamos en una cucharita, y se la metí en la concha. Con la mano que ...

... pasé bajo su cuerpo, tomé una teta. Con la otra acaricié el clítoris al ritmo del bombeo. Laura giró la cabeza y me besó. Con la mano más libre, tomó la mía y acompañó mi ritmo sobre su sexo. Sentí como su gemido y temblor anunciaba el orgasmo. Se rigidizó, tembló y derramó sus fluidos sobre mis genitales. Mordió mi labio inferior en su acabada. Se relajó y se puso boca arriba. Me hinqué sobre ella y puse mis rodillas a sus costados. La cubana fue hermosa. Le llené la boca con todo el semen del mundo. ¡Siguió la técnica de Mica! Apretó el glande con sus labios y tragó despacito.
-¡Oh, que bueno! ¡Mica sabía lo que hacía! 
-¡Jajaja!
Ahora yo me tiré a su lado.
-¿Qué te parece? ¿Sigo con el relato?
-Será un placer seguir gozando de tus aventuras eróticas. ¡El gran cogedor!

	“Nos quedamos acostados un rato, regulando la respiración, un poco, no demasiado, más relajado. Un poco digo, porque Mica se dedicó a chuparme golosamente, mientras la mamá me ponía las tetas en la boca. Yo no sé por qué; las chicas cogían y cogían y nunca se cansaban. ¡Yo tenía que recuperar la respiración! Bueno, luego vino lo que ya te conté. Cuando la tuve bien al palo gracias a los favores de Mica, esta se montó, enterrándosela de golpe, hasta el fondo, y empezó a cabalgar. Denisse no perdió tiempo y se sentó sobre mi boca. «¡Ayyyy! ¡Sí, sí, sí! ¡Así! ¡Dios! ¡Ay! ¡Qué lindo! ¡Bebé! ¡Cómo lo hacés de bien! ¡Dale! ¡Dale más, más!   ¡Me gusta tanto!» Denisse se refregaba sobre mi cara. Sentía toda ...