Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta… - Relatos Eróticos

Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta…

... placer, un minuto después ya lo estaba embistiendo fuertemente. Yo me sentía dentro de una película porno, pues sus gemidos y gritos invadían mis oídos, al mismo tiempo el sonido de esos grandes cachetes golpeando mi cuerpo con fuerza y las nalgadas que le daba para domar sus movimientos me tenían en las nubes, todo ello alimentaba la lujuria del momento. Para ser su primera vez, respondió mucho mejor de lo que me esperaba, era sumamente apasionado y carnal. Estaba penetrando deliciosamente el culo que había captado mi atención todo el año, recuerdo que hasta mis calificaciones habían bajado por prestar atención únicamente a ese impresionante cuerpo, ahora sé que el sacrificio valió cada mala nota. Su ropa interior estaba por caerse del sofá debido a los fuertes movimientos de nuestros cuerpos, pero la pude tomar con la mano y comencé a olerla como todo un pervertido, sabía que nadie me iba a juzgar por ello. Alexander se dió cuenta de ese detalle y comenzó a mirarme mientras lo hacía, parecía sorprendido por el nivel de deseo que le tenía. 

Esa mirada que me daba sólo me encendía más, así que solté su ropa interior y lo agarré fuertemente del cabello. Comencé a embestirlo de manera más salvaje, me había descontrolado por completo, pero la manera en la que gemía y se mordía los labios mientras se lo hacía me daba la seguridad de que lo estaba disfrutando tanto como yo. No podía dejar de ver ese magnífico cuerpo siendo poseído fuertemente por mi miembro viril, me dí cuenta ...

... que me estaba enamorando de mi compañero, sentía que necesitaba ese culo para poder vivir. La pose que hacíamos era digna de un cuadro de Picasso, él me seguía mirando mientras se lo hacía, así que comencé a besarlo, esta vez ya no tenía nada de romántico, era sólo morbo y lujuria pura por parte de ambos. Nuestras lenguas se entrelazaban al ritmo de mis embestidas, yo sentía que el orgasmo estaba muy cerca así que me detuve, pues necesitaba disfrutar un poco más de ese culo. Le dí una nalgada y le dije:

•	¿De quién es este culo tan rico, eh?
•	¡Ahhh!... ¡Es tuyo!… ¡Es tuyo!… ¡Ahhh!
•	¿Lo estás gozando, cierto?... 
•	¡Si!... ¡Me encanta!… ¡Me encanta!
•	Así me gusta ricura, ahora mueve ese culo y sigamos jugando… 
•	¿Quieres que me siente y cabalgue encima tuyo?
•	Claro que quiero, procura moverte muy bien para terminar pronto….
•	¡Si!... ¡Te voy a saltar encima hasta que termines!…

Me sentía listo para terminar aquella gran faena sexual, no sin antes recibir la cabalgada que me había prometido, así que le saqué lentamente el pene del culo y procedí a sentarme en el sofá, Alex se puso de pié delante mío de espaldas. Se abrió las nalgas con ambas manos dejándome ver lo grande que le había quedado el agujero después de la follada que le dí, pude observar también las marcas rojas que tenía en las nalgas debido a todas las nalgadas que le había dado, yo ya me estaba acostumbrado a tener ese gran y hermoso culo dispuesto a darme placer. Comencé a acariciar esos enormes ...