Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta… - Relatos Eróticos

Una tarde con Alex, el mejor culo del planeta…

... sexual que había tenido. Era hora de comenzar, me puse saliva en el pene y coloqué la cabeza de la verga en la puerta de ese apretado trasero, podía sentir claramente como le palpitaba el esfínter, como se abría y se cerraba al sentir mi pene rozar. Comencé a introducirle la cabeza, mis manos ya no estaban en sus nalgas, ahora lo tenía agarrado fuertemente de la cintura, esa cintura tan delgada, hermosa y quebrada que tenía. Alex comenzó a gritar, creo que pensaba que iba a metérsela de un tirón pero yo tenía la misión de hacer que ese culo sea mío para siempre. 

Dejé la cabeza adentro un par de minutos sin moverme, él gemía y fruncía el ceño, yo no sabía si de dolor o placer, así que se la metí un centímetro más y ahí si gritó mucho más fuerte diciéndome: “¡Ahhhhhhh!... despacio… despacio por favor”. Yo estaba dispuesto a dejar mi pene ahí las horas que sean necesarias con tal de comerme ese culo a gusto y sin quejas, pero ya sólo quedaban 45 minutos antes de que llegue mi madre así que le empujé otro centímetro más susurrándole: “Ya falta poco nena… tranquila”. Alex comenzó a gritar de una manera muy excitante y a morder el sofá, esa fue mi señal para comenzar a moverme lentamente mientras aprovechaba para encajarle unos centímetros más, podía sentir claramente cómo se iban rompiendo los pliegues de ese ano virginal, se sentía como tela rompiéndose mientras iba entrando mi pene, sus gritos desesperados comenzaron a tomar el ritmo de los pequeños movimientos que yo iba ...

... haciendo para penetrarlo. Hasta que sentí que comenzó a mover el trasero hacía mí, como para que mi verga siga entrando, estaba a punto de culminar y meter entero el pene, debía esperar el momento preciso para hacerlo así que aproveche que volteó la cara a mirarme sensualmente y besé nuevamente esa deliciosa boca, sentía como Alex respiraba fuertemente mientras me besaba, estaba realmente excitado. 

En un movimiento rápido le encajé los últimos centímetros que quedaban fuera mientras lo besaba, a lo que Alex me mordió fuertemente el labio hasta el punto de hacerme una herida, yo podía sentir la sangre corriendo por mi boca la cual al mismo tiempo él relamía con su lengua en señal de disculpas. Para mí eso no era nada en comparación al dolor que él estaba sintiendo con una verga tan grande como la mía entrando en su culo. Esta vez los gritos se convirtieron en quejidos sollozos de resignación, no podía creerlo, tenía mi verga entera dentro de ese enorme culo. Atiné a gritar fuertemente en señal de empoderamiento, me sentía como el macho alfa de la manada que había logrado seducir y aparearse con su hembra. Me quedé un par de minutos inmóvil, esperando que su culo se adapte al grosor y al tamaño de mi verga, pero ya no aguantaba más. Era en ese momento o era nunca, así que comencé a follarlo muy lentamente, pero introduciendo y sacando casi todo el pene en mis movimientos para que se adapte a cada centímetro de mi verga.

Sus gritos iban de quejidos de dolor a gemidos de ...