UN GRAN DÍA… PERO NO TANTO - Relatos Eróticos

UN GRAN DÍA… PERO NO TANTO

-¡No te librarás de mí! – Laura me dio un beso y reía. – Me falta saber cómo terminó tu aventura con Denisse y su hija. Esta noche no vengo…, pero mañana sin falta me vas a tener de nuevo…, aunque sea por una noche. ¡No te me escapás! ¡Jajaja!	
Y Laura se fue. Me quedaba el consuelo de que en la noche siguiente iba a estar conmigo nuevamente.   
Aproveché el día visitando las obras, el estudio-vivienda de “las tías” y a todos los clientes que pudiera. “Recuperar” algo del tiempo que pasé cogiendo con Laura, aunque en realidad pase más tiempo hablando que “bombeando”. En verdad, la curiosidad de Laura, me permite recuperarme sin pasar vergüenza.
Como siempre “las tías” me recibieron con todo el cariño. Ellas sabían que había estado “ocupado” con una niña mimosa, pues en algún momento me habían llamado. Por suerte no estaba Araceli, seguramente haciendo trámites, aunque ellas me tenían mucha veces más “ocupado” que Laura. Mi nena, Matilda, estaba preciosa como siempre. Ya caminaba y farfullaba algunas sonidos que pretendíamos que fueran palabras. Ellas me habían dicho que el día que pregunte le dirían quién es el padre. Yo sabía que sería así y no tenía por qué defraudarlas. Romina era la que estaba, como siempre, más cariñosa –al final de cuenta era la madre-, pero Patricia no se quedaba atrás. En realidad bromeaban entre ellas para ver quién me hacía caer más pronto en la tentación, pero yo no quería incomodarlas. No solamente estaban enamoradas, sino que eran dos ...

... mujeres maravillosas. Ahora iba de obra en obra con una o con otra, y había besos y caricias en los viajes, con toda la ternura del mundo. ¡Las amaba a ambas! Pero no pasaba de eso. Siempre venía una sola porque la otra se quedaba con Matilda. Ellas sabían perfectamente que yo las adoraba y que haría cualquier cosa por ellas. Al fin de cuentas eran “las madres” de mi hija. Y como sabían que yo jamás pretendería algo que ellas no quisieran, no había ningún problema. Ya había hablado con ellas de mi alejamiento de Araceli, que no fue por falta de amor o ganas, sino que había entendido perfectamente que el vínculo con Kirky era algo mucho más profundo que la amistad o el deseo. Sin duda eran bixesuales, pero yo no quería ser el tercero. Las dos habían sido mis amantes, tal como lo conté en otras ocasiones, pero ahora sabía que estaban muy bien juntas, mucho mejor que si estuviera yo en el medio. 
Así fue ambos días…, y esa noche dormí como los dioses! Me reía solo al pensarlo. Laura era divina pero demasiado insistente. Claro, ella no tenía problemas en coger, coger y coger, pero yo no estaba para esos trotes interminables. Necesitaba más descanso que un jovencito. Estaba seguro que en algún momento Laura encontraría SU hombre, joven y vital, que le pudiera dar todo lo que ella quería, día y noche.
Y llegó esa noche, dos días después. 
-¿Y? ¿Te recuperaste? ¿Estas con fuerza y ánimo para darle a la matraca? ¡Jajaja!
Así que no perdimos tiempo y a los diez segundos estábamos en la ...