UN GRAN DÍA… PERO NO TANTO - Relatos Eróticos

UN GRAN DÍA… PERO NO TANTO

... gozo!
-¡Loca, loquita! ¡No hay nada mejor en la vida que “hacerte el amor”! – Me pareció una grosería decirle “que cogerte”. Chorreando ubiqué la pija en su boca, que esperaba golosa con la boca abierta y la lengua afuera. Me sentía un pibe con este minón. ¡Me hizo volver a mis veinte años!
-¡Huyyyy! ¡Sí que me dejaste agotada!
-¡No te cuento como estoy yo!
-¡Jajaja! Bueno…, descansemos un poco… Seguí con la historia, pero no me hagás calentar de nuevo… porque te destripo…
-Está bien… ¡Ahí va…!

	“Yo también había quedado tirado de tanto “trabajo”, sacudidas y acabadas… ¡Hacía más de tres horas que estábamos dale que te dale! Pero las chicas no tenían intenciones de terminar… Eso parecía… De cualquier manera no me quejaba, pero si, estaba cansado. Reposamos un rato, un poquito, nada más. Denisse guiaba la “operación”. «Sentate tesoro.» «¿Cómo?» «Si, sentate un poco, contra el respaldo. Así, muy bien. Dale Mica, ayudá a mamá, para que el “nene” se sienta bien…» Las dos se agacharon a chupar al unísono. Nuevamente querían tenerme al palo. ¿Quién se lo ensartaría ahora? «Así, muy bien, ya está.» Claro, en esa época, dos chupadas de estos encantos y no necesitaba más. Fue Denisse quien se sentó en mi falda, de frente, y ahora se la metió en la concha. «Vení tesoro, parate a mi lado.» Mica se paró a mi costado, al lado de la “mamita”. Su entrepierna estaba a la altura de la boca de Denisse. Ella giró la cabeza, y mientras yo la clavaba y le chupaba las tetas, Denisse se ...

... dedicaba a lamerle la concha a la hija…

-Seguro que Denisse debe haber visto unas cuantas pelis porno. En aquella época los adultos podían conseguirlas. Si tenían un “proyecto” podían verla entre amigos e “inspirarse”. Sabía mucho más que una mujer cualquiera, por más que le guste y practique el sexo. – Yo le aclaraba a Laura lo que ahora se me ocurría. 
-Seguramente. ¿Pero nunca te lo comentó? Tal vez quería que pensaras que era pura imaginación y lujuria…

“Bueno, Denisse cabalgaba despacito, para no “perder” las lamidas de la concha de su hija. Eso me venía muy bien porque podía besar y chupar las tetas y pezones más cómodamente, sin “sobresaltos”. Así estuvimos como diez minutos. En el ínterin Micaela ya había tenidos dos orgasmos. Denisse y yo estábamos casi a apunto… Sentía como latía la concha mientras me apretaba. La abracé. Denisse dejó a su hija y me besó. Nuestros besos, nuestros abrazos, acompañaban nuestras sacudidas…, y Mica nos abrazó a los dos… Así fue. ¡Se terminó! Así lo resolvió Denisse. Fui a bañarme, solo, por suerte. No quería prolongar más la “destapada” de caños. Llevé la ropa al baño. Me vestí, y cuando me fui, al pasar por el dormitorio, parecía que ambas estaban dormidas… No lo sé…, eso me pareció. Y me fui a casa…

-¿Y así terminó, de buenas a primera? – Laura mostraba extrañeza.
-Sí, así. Sin más. Sin un saludo siquiera.
-¡Qué raro!
-No lo fue tanto cuando lo supe…
-¿Lo qué? 
-Ese día era un viernes. El sábado a la mañana siento llorar a ...