LAS PAMPAS CHATAS 4 - Relatos Eróticos

LAS PAMPAS CHATAS 4

... hule sobre el colchón, doble sábanas sobre él…, varias almohadas que siempre vienen bien para poner bajo los riñones…, o donde sean necesarias… «Preparaditos. Cuando escuchemos las motos nos ponemos de la mejor manera…, para que el espectáculo sea de primera…» Marilí quería impresionar a sus amigas. «¡Jajaja! Ponete en cuatro al borde de la cama y te la clavo por el culito.» «Dale… ¡bárbaro! ¿Me lo vas a llenar?» «Veremos…, depende de lo que hagan o digan las nenas…» «Escuchá. ¡Ya llegan!» Marilí se acomodó como habíamos acordado y yo parado, sobre el piso, le puse la vaselina y se la clavé de una. «¡Así! ¡Así me gusta! ¡Se volverán locas!» Marilí estaba decidida a maravillar a las chicas. ¡La mejor cogedora! Empecé a bombear despacito…”
“«¡Eh chicos! ¿Dónde están?» «¡Aquí, Juli, en el dormitorio!» «Hola. ¡Jajaja! ¡Ya están “trabajando”! ¡Empiezan temprano!» «Empezamos a las siete.» «¡Hey! ¿Desayunaron?» Juliana se acercó. Yo seguía bombeando como si nada, mientras Marilí y las chicas “conversaban”. «Si, claro. ¿Quieren ustedes?» «No, no. Sigan tranquilos. Nos vamos a bañar para sacarnos la tierra del viaje…» «¿Trajiste los condones?» La pregunta de Marilí era imperativa. «Claro.» «¡Damelo!» Marilí no quería esperar más. «Si, tomá.» Juliana se acercó sin perder detalle de nuestra acción. «Hola Dani. Un placer conocerte…» Juliana sonreía picarona. «Sííí… yooo… también… estoy en…canta…do…» Entre bombeo y bombeo le contestaba… Juliana le dio una cajita a Marilí, que seguía en ...

... cuatro, aguantando mis arremetidas. «¡Pero mujer! ¡Me los hubieras pedido el lunes! Te los traía antes…» «Es que teníamos que ir a trabajar. Te lo dije. Queríamos terminar antes, para tener el viernes libre…, así que hubieras venido al cohete.» «No importaba. Aunque no me quedara ya hubieras tenidos los condones.» Estaba diciendo: “aunque Dani no me cogiera lo tendrías”. «Bueno, ahora lo utilizaremos.» Marilí abrió la cajita, sacó un sobrecito y sin cambiar de posición, con el culo parado, yo adentro y ella apoyada con los brazos en la cama, lo abrió ayudándose con la boca. «Bueno. Nosotras nos vamos a bañar.» Eran preciosas las nenas, en verdad. Ambas. Erika se había quedado sonriente en la puerta, teniendo las dos mochilas. «¡Denle buen uso!» Juliana largó la carcajada. Marilí giró su cabeza. «Sacamela. La quiero por la concha, con el condón…» Eso hice. Me quedé parado al lado de la cama, esperando que Marilí me lo coloque. «No, nena. Así no. Al revés. No lo podrás desenrollar… ¡Jajaja! Se ve que no tenés práctica con condones.» «No. Nunca se lo puse a nadie… Además las pocas veces que cogí me aseguré estar en días seguros… ¡La vez que no lo hice… me jodieron!» «Bueno… No es para tanto.» Marlili desenrollaba el condón en mi pija. Se acostó boca arriba. Levantó las piernas y las sostuvo desde la pantorrilla. «Así es mejor…, para que las chicas vean bien… ¡Jajaja! ¡Cómo la metés y la sacás! ¡Vas a ver como se entusiasman!» «Perfecto» Me arrodillé entre las piernas y me acomodé ...