1. LAS PAMPAS CHATAS 4


    Fecha: 14/03/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... brazos, y con las piernas rodeó mi cuello. La tremenda sacudida terminó en una abundante catarata, con chorros en toda la cara. Ya la boca no era suficiente. Yo imaginaba que lo estaba haciendo con Micaela. Cuando Erika se relajó y me soltó la cabeza y el cuello, luego de limpiar todo lo posible su conchita, repté sobre ella. La nena es una maravilla total. Besé el monte de venus, el hoyito del ombligo. Bajo el globo de las tetas lamí el exquisito sudor que tenía. Fui a sus areolas, a los pezones. Erika seguía gimiendo. Cuando llegué a su boca, la besé con toda la pasión del mundo. Nuestras lenguas acometieron tremenda batalla. Me acomodé sobre su pubis. La chica que me tenía la pija, que creía que era Marilí, por la forma de agarrarla, acomodó el glande en la vulva. Estaba justo. Empujé y sentí la pija adentro. Quien me había ayudado ahora me lamía y chupaba las bolas. Todo completo. Sin separar nuestras bocas, comencé a bombear suavemente. Erika me acompañaba en el mete y saca. Ahora había abrazado mi cintura con sus piernas y con sus brazos mi cuello. Yo seguía con mis manos en sus tetas. Estábamos totalmente entregados al placer. Seguía imaginando a Micaela.” 
    
    -¿Todavía tenés el metejón con Mica?
    -No, no. Por suerte se me fue. Ya pasó el ayer…, ...
    ... quedó muy lejos… Ahora sólo estás vos…
    -¡Mentiroso!
    -¿Por qué? ¿Te creés que tengo otra por algún lado?
    -No, pero tenés otras imágenes de mujeres en tu mente, sino no podrías contarme todo eso.
    -¡Vos pediste que te contara! Si no querés paro ya mismo. 
    -Noooo… es un chiste… Seguí mi amor. Quiero escucharte… ¡me calentás una barbaridad!
    
    	“¡Cogerme a Erika era la gloria! ¡Cómo si lo hiciera con Mica! «¡Aaahhh! ¡Qué rica qué la tenés papi! ¡Así! ¡Dale, dale!» Yo no podía hablar…, ni me interesaba. Solo la sacudida y la repiración agitada… Una y otra vez bombeaba, hacia adentro, hacia afuera. Cuando la sentía salir, Erika gritaba: «¡No, no, no la saqués! ¡Quiero más adentro! ¡Más adentro! ¡La quiero más adentro! ¡Rompeme toda! ¡Si, si! ¡Dale!» Sentía como la estrujaba. ¡Sus orgasmos eran interminables! Su concha era una palangana de líquidos. Yo quería aguantar para que la cogida a la nena durara más. ¡Me era imposible! Empujé hasta lo más profundo… y chorros y chorros de semen la llenaron hasta desbordar. Erika contraía la concha y estrujaba la pija ordeñando hasta la última gota. Juli y Marilí se tiraron entre mis piernas, una de cada lado de la pija, para chupar todo lo que saliera de la concha de Erika. ¡Debe haber sido el mejor misionero de mi vida! 
«12...5678»