MI FANTASIA SIEMPRE FUE MAMAR VERGA - Relatos Eróticos

MI FANTASIA SIEMPRE FUE MAMAR VERGA

... ¿verdad?
-	¿Qué? ¿ De qué hablas?
-	No te hagas, me viste las pantis. 
-	Pues sí, sí te las vi, pero no tengo ningún problema, no te preocupes, vamos a seguir jugando. 
-	¿No le vas a decir a nadie?
-	Por su puesto que no, Rafa, todos tenemos nuestro gustos, y nuestras cosas.
-	Bueno, eso sí, pero debes de entender que hay gente que se molesta con estas cosas.
-	Pues yo no, para nada. Siéntate, vamos a seguir jugando. 
-	¿Cuáles son tus gustos?
-	¿De qué hablas?
-	Dijiste que todos tenemos nuestros gusto y nuestras cosas. ¿Cuáles son las tuyas?
-	Eso es cosa que no te incumbe, además, pues no es algo de lo que quiera hablar. 
-	Pues que mal, eres bien buena onda, y tomaste lo de mis pantis de muy buena forma, pensé que sería fácil hablar contigo, no creí que te apretarías. 
-	No es que me apriete, Rafa, pero son cosas privadas. 
-	Bueno, pero tú ya sabes algo privado de mí, muy privado.
   Entonces se soltó a contarme la historia de su vida, que no era nada del otro mundo salvo por la ropa interior femenina, que le encantaba desde que tenía memoria, y que desde los nueve años se ponía los calzones de su hermana cuando estaba solo en casa, luego fue avanzando y se ponía medias, ligueros, brasieres y todo lo que pudiera, incluso compraba la suya. Yo no sabía por qué, pero la conversación me estaba pareciendo de los más excitante y no quería que se detuviera. Cuando nos gritaron de abajo, hasta brinqué en el sillón, los dos lo hicimos. 
   Mi mamá y su mamá se ...

... iba a ir a la casa de la vecina a ver unos vestidos y ropa que ella vendía, y nos avisaban que iba a estar enfrente. Nosotros apenas y les hicimos caso, ya ni estábamos jugando ni nada, yo estaba súper metido en el relato de Rafael. Luego escuchamos la puerta cerrarse y nos quedamos callado un momento. Yo rompí el silencio con una pregunta. 
-	Y…¿Te gustan los hombres?
-	Pues, bueno, pero te cuento porque confío en ti, pero no le vayas a decir a nadie. No sé, me gustó abrirme contigo, contrario a lo que hubiera pensado, ahorita me siento muy bien, no quiero que el momento se acabe. 
-	Ni yo, Rafa. 
-	Pues sí, sí me gustan los hombres.- Luego levantó la mano como para enfatizar lo que estaba a punto de decir.- Pero también me gustan las mujeres, y me gustan mucho. 
-	Entonces eres Bi. 
-	Sí, la verdad es que sí.
  Entonces yo pregunté, ya de forma más indiscreta, tratando de llevar la plática hacia esa fantasía que tenía bien metida en la cabeza desde la secundaria y que nunca había cumplido. 
-	¿Has estado con otro hombre?
-	Pues, sí y no.
-	¿Cómo es eso?
-	Tengo un compañero, es un muchacho de la escuela, hacemos ciertas cosas, o más bien yo le hago ciertas cosas.
-	¿Te obliga?
-	No, para nada.- Se rio Rafa, al contrario, si por mi fuera no lo soltaría nunca, está muy guapo.
-	¿Mas que tú?
-	¿Crees que soy guapo, Jorge?
-	Pues, sí, digo, eres un joven atractivo.
-	Gracias. Bueno, pues él no es gay, o por lo menos eso dice, así que las cosas que le hago, son, ...