MI FANTASIA SIEMPRE FUE MAMAR VERGA - Relatos Eróticos

MI FANTASIA SIEMPRE FUE MAMAR VERGA

... través de sus preciosas tangas, pantis y pantimedias, se asomaran los pelos por las orillas. 
  Llego la hora, le acaricié los huevos; qué suavidad, que calor tan provocativo, que maravilla, preciosos, preciosos, preciosos, me volvieron loco, se los estuve frotando un buen rato y su glande se llenaba más y más de líquido trans Parente. Subí la mano, que me temblaba de la emoción, excitación, ya ni sabía. Pero por fin tomé en mi mano el troco de su verga y suavemente lo masturbé como a mí me gustaría que me hiciera.  Pues, creo que en tanto años de fantasear, nunca lo había hecho bien, pues esto era mil veces mejor, ya me había enamorado de su miembro y aún ni lo probaba. Lo seguí masturbando y le líquido se le escurría hasta mi mano, como una invitación a degustar su sabor. 
-	Me encanta tu vergota, Rafa, la tienes preciosa. 
-	Gracias, guapo.
   Qué me agacho y poso mis labios en su glande, los fui abriendo lentamente y su miembro iba entrando en mi boca; me tragué toda la cabeza y el sabor saladito, delicioso, de sus pre seminal me inundó la boca. ¡Qué estúpido por esperar tanto! Eso era delicioso. Comencé a pasar mi lengua una y otra ves por su glande, tragando y tragando el delicioso líquido que me tenía embelesado con su sabor. Me sentía ardiendo de la cara, mi respiración era profunda y mi corazón latía como caballo desbocado.  Ahora sí, papacito, vas a ver lo que es bueno. Qué comienzo abajo y arriba, abajo y arriba, mamando, rozando mi lengua contra su tronco ...

... mientras subo y bajo. Me la saco de la boca y le beso el glande, le lamo la verga desde la base hasta la punta y recojo su líquido que ahora es mi comida favorita, o eso pensé en ese momento.  Qué me la trago de nuevo y ahora sí, se la mamo y lo masturbo, se la mamo como si fuera una hembra mamándosela a su hombre; ese pensamiento me excito aún más. Después de tantos años por fin estaba mamando verga, y la realidad era mil veces mejor que cualquier fantasía. ¡Me encantó la verga! Mientras subía y bajaba por su troco enhiesto, lo único que pensé fue. Ya agarré la verga para no soltarla, esto de mamar la verga me fascina, díganme puto, pero me encantó la verga. Y la mamé, la chupé, la succioné, la masturbé lo mejor que pude. Para el final ya se la mamaba sin ningún reparo, los masturbaba al mismo tiempo y le acariciaba los huevos. ¡Los huevos! ¿Qué me pasaba, estoy tonto? No le había chupado sus preciosos huevos, pues que se los mamo, que se los chupo y que se los dejo brillante, luego me comí la verga e nuevo y se la seguí mamando. 
-	Ya casi me vengo, ten cuidado. 
-	¿Cuidado?- Dije sacándome su verga y sacudiéndola la golpeé contra mi lengua.- Si lo que quiero es que me des tu leche en la boca. 
-	¿De verdad?
-	No sabes como lo deseos, Rafa. 
-	Qué chingón. 
    Retomé mi mamada, que era como un sueño hecho realidad, le froté bien duro la lengua en la cabeza, y se la apreté bien cabrón con los labios mientras subía y bajaba, y pronto escuché los gemidos, los gruñidos que ...