En casa con mi amigo
Fecha: 23/07/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... notaba que estaba cortado, aunque estaba claro que le gustaba estar ahí viendo la escena. Yo ya me animé y como ya estaba muy cachondo, me puse a la altura de mi mujer, que seguía fingiendo que buscaba algo en el armario, y le agarré de los pechos por detrás y por encima de la camiseta.
[YO] “¡Eh, estás haciendo trampas! ¡Llevas sujetador!”
[Mamen] “¡Quita, que estoy buscando una cosa!”
[YO] “Vamos, no seas tímida, que estamos en casa y Stephen no ha visto aún nada. A ver si se va a ir sin haber visto nada.
Yo miraba también a mi amigo para ver qué cara ponía o cómo reaccionada. Sabía que como no habla español, no entendía nada de lo que decíamos. Como no decía nada, aunque tenía una sonrisa de esa con los ojos abiertos como platos, seguí adelante porque interpreté que aunque estaba cortado, quería ver más de esa escena.
[YO] “Vamos, enséñamos las tetas como hacen las chicas en los encierros de Pamplona” - dije riéndome a carcajadas exageradas para disimular los nervios.
Yo estaba muy nervioso pero estaba poniéndome muy cachondo a estas alturas y sé que Mamen ya estaría mojada entre las piernas.
Como sabía que Stephen no entendía nada de lo que estábamos hablando, le tiré a Mamen de la camiseta para que se de cuenta de qué iba la cosa y para animar a Mamén para que nos haga una exhibición relámpago de sus tetas. Le puse la mano en el culo y le dije de nuevo:
- [YO] “¡Vamos, enséñanos las tetitas!”
Ella sonrió y dijo: “Hmmm”. Como siempre que ...
... estamos cachondos, pensamos más con el rabo que con la cabeza, entonces me lancé y le metí las dos manos por debajo de la camiseta, buscando la manera de meterlas por debajo del sujetador. Mamen no se defendió porque sabía a lo que íbamos y entonces le levanté la camiseta, dejando a la vista las tetas con el sujetador mal colocado, pero con las dos tetas bien a la vista. Ella se las tapó enseguida – aunque los dos somos nudista y no tenemos ningún reparo en mostrarnos desnudos. Lo malo es que estaba de frente al armario y de espaldas a nosotros así que le dije que se de la vuelta. Yo miré a Stephen, a ver como iba reaccionando. De momento estaba ahí sin moverse con esa sonrisa de cuando te estás poniendo más cachondo que un animal en celo.
Le pedí de nuevo a Mamen que se de la vuelta. Ella, que fingía aún estar buscando algo en el armario, se dio la vuelta y fingió estar molesta:
- [MAMEN] “¿Qué quieres, pesado?”
Yo me acerqué a su oído y le dije:
- [YO] “Vamos, cariño, ahora es el momento. Tú déjate hacer, que este no entiende nada de los que decimos”.
Entonces la empujé hacia la cama y la tumbé boca arriba medio bruscamente. Mamen se dejaba hacer y no oponía resistencia. Se la notaba nerviosa, pero también lo estaba yo; y mi amigo Stephen, no quiero ni pensar lo que estaría pensando. Fingí estar jugando entre su camiseta y metiéndole las manos por debajo de la camiseta. Ella se movía ahora como si la estuviese haciendo cosquillas, pero no se defendía.
“Ahora” - ...