HUEVOS REVUELTOS 4 - Relatos Eróticos

HUEVOS REVUELTOS 4

... cosas, sugirió que “podría” reforzar nuestra economía, la del kiosco digo…, si tenía “posibilidad” de no perder “contacto” conmigo. El tipo es arquitecto… ¡tu competencia…!
-¿En eso también?
-¡No, no! ¡Para nada! Para hacerla corta…, hablábamos de nuestros trabajos… y salió eso, que yo tenía un kiosco con una amiga…, y que hacía rato que queríamos agrandarlo pero no teníamos plata…, y el tipo me ofreció plata para ampliar el negocio… sin ningún acondicionamiento. No lo dudé. La verdad…, me dio ganas…, de ponerlo contento…, nada más que por placer y fuimos al telo…, y de esto Clara no sabía nada… Ya fuimos cuatro veces… ¡y tenemos el “préstamo” en nuestra cuenta!
-¿Y me lo ocultaste? – Yo estaba bastante molesto, no porque quiera coger con otro, sino porque no me avisó.  
-¡Eso fue lo peor! ¡Yo tendría que saber que vos no tendrías oposición de que yo haga lo que me pareciera mejor!
-¡Eso lo que te dije! – Clara ahora dio su opinión. – En cuanto Laura me contó le dije que opinabas vos de nosotras, de nuestra relación, de nuestra amistad y de lo que sentís por nosotras. ¡Vos no te merecías eso, Dani!
-¡Eso es lo que más me duele! ¡Vos tan bueno y yo tan estúpida! – Ahora Laura estaba conmovida.
-Bueno, ya pasó. Por lo menos… ¿la pasás bien? ¿Te gusta? – Intenté poner paños fríos.
-Si, la paso bien y me gusta…, como tantos otros… - Laura me besó. - ¡pero nada que hacer al lado tuyo! Y eso que es un tipo de más o menos tu edad…, pero…, tarda más en recuperarse… ...

... ¡Jajaja!
-¿Te molesta qué hayamos venido las dos? – Clara nos trajo a la realidad.
-Para nada… pero… no soy un pibe. ¡Voy a terminar en el pulmotor!
-¡Jajaja! ¡Te daremos todo el tiempo que necesités! – Laurita quería que me quedara tranquilo. 
-¿Al kiosco quien lo atiende?
-Eso es otra cosa que tenemos que aclararte…, pero no perdamos tiempo. 
Laura se iba a sacar la remera.
-No, no. Yo soy el que hace eso. Sin que haya preferencias, yo las desnudo como me gusta. 
-¿Con quién empezás?
-Con vos. Sos la “primeriza”. 
Le saqué a Laura la remera por la cabeza. Como es habitual, tal como yo no tenía calzoncillo, ella no tenía corpiño. Besé sus glamorosas tetas, los pezones, los globos, el ombligo, el cuello, las orejas…
-¡Ey, no te olvidés de mí! – Clara miraba divertida. Luego de besar la espalda de Laura fui a Clara. Retiré su blusa y aparecieron sus soberanísimas tetas, con los pezones ya como piedras. Seguí la misma rutina. Los globos, el exquisito sudor bajo las tetas, las axilas, el ombligo, la espalda, las orejas, el cuello. ¡El olor del cuerpo de Clara es único! ¡Todo lo más hermoso! Luego fui a la pollera de Laura y a chupar y besar la concha y el culo. Ella separa los glúteos para que pudiera meter mi lengua…, y fui a los vaqueros de Clara. Bajándolo descubrí sus saludables labios externos. Los mordisqué y los separé con la lengua, chupando la húmeda y rosada conchita  y el paradito clítoris. Las chicas seguían de pie y yo era el arrodillado. Me toman de las manos y me ...