HUEVOS REVUELTOS 4 - Relatos Eróticos

HUEVOS REVUELTOS 4

... hacen parar. Lo primero, como siempre, fue bajarme los pantalones. Ahora son ellas las que se agachan para lamer y besarme. ¡No doy más de las ganas que tengo de metérsela! 
-¡Vamos a la cama!
-No, no. Primero nosotras… 
-¿Cómo?
-Vos te sentás y te masturbás mientras nos ves cómo jugamos nosotras. Si estás por acabar, no avisás y venimos tragar el semen. – Ambas se turnaban en las aclaraciones, mientras se instalaban en la cama.
Es una locura ver cómo estas mujeres se cogen. ¡Qué buenas que están! Laura, un perfecto cuerpo de modelo. Clara, una voluptuosidad superior. Y mi pija temblando de ansiedad. ¡Qué ganas! Estuvieron como diez minutos lamiendo pezones, tetas, culo, concha. Todo alternando con espectaculares besos de lengua. Hicieron la tijera un par de veces. Tuvieron un par de orgasmos cada una… ¡Gozaban como locas! ¿Podría yo hacerlas gozar más?
Cuando se colocaron para un 69 vi mi oportunidad. Clara había quedado abajo. El culo de Laura estaba totalmente expuesto a mi vista, mientras Clara chupaba y lamía. Tomé el pote de vaselina de la mesita de luz y me acomodé en el borde de la cama. Unté el culo de Laura y mi pija. Cuando Clarita abrió los ojos, al darse cuenta de que yo estaba arriba, sonrió y con sus manos separó los glúteos de Laura. Ésta continuaba con su tarea de chupar a su socia y amiga. Cuando sintió como el glande abría el ano, acomodó el culo para hacer más sencilla la tarea, aunque no había demasiado inconveniente, dado que hacía seis meses que ...

... se lo perforaba regularmente. Cuando llegué al fondo, los testículos colgaban sobre el rostro de Clara. Dedicó a alternar su lengua entre la concha de Laura y mis huevos… 
Comencé un rítmico y lento bombeo, de manera que no le fuera difícil a Clara disfrutar de mis testículos. En el interior, tanto una como otra, se sacudieron en respectivos orgasmos. Todos éramos felices. Mi acabada estaba por llegar. Me estremecí…
-¡Aaagggg! – Y le llené el recto a Laurita, que volvió a sacudirse. 
	Clara separó la boca de los labios de Laura…
-¡Sacala despacito!
	Entendí su reclamo.
-¡Quedate quieta Lauri! – Seguramente Laura entendió mi reclamo.
	La saqué despacito. Laura pujó…, y desde el hermoso y arrugadito orificio comenzó a manar semen. Clara había acomodado su cabeza para recoger el espeso y blanquecino homenaje a la procreación. Con la lengua lo acompañaba hasta sus labios. Apenas algunas gotas se desviaban del impuesto recorrido… Clara tragaba, orgullosa y contenta, mirándome a los ojos. Laurita se irguió un poquito, para que el orto quedara más a mano de la lengua de su amiga y amante. Ninguna de las dos falló. Laura en su orto y Clara en su boca fueron merecedoras de mi tributo. 
Me tiré en la cama con las chicas a mi lado. Laurita se hincó para chuparme. 
-Esperá un cachito. Quiero acariciarlas…
-¡Hacelo! ¿Qué problema?
-Quédense acostaditas. 
	Me arrodillé junto a sus maravillosos cuerpos. Acaricié sus tetas con el glande…; los pezones, los globos, los ombligos. Me ...