1. La historia de Claudia (11)


    Fecha: 29/07/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... como le estaba ordenado, besándole la mano de rodillas y entonces Blanca observó que no llevaba el pelo suelto, como de costumbre, sino que se había hecho una larga trenza desde la nuca hasta la mitad de la espalda. De esa trenza la tomó para ponerla de pie y arrastrarla tambaleando entre quejidos hasta el comedor. Allí tomó asiento en el sofá, la hizo poner en cuatro patas ante ella y le dijo:
    
    -Así que te cambiaste el peinado...
    
    -Sí, señora, hoy me dieron ganas de...
    
    -¡¡¡¡¿Ganas?!!!! ¡¡¡¡¡¡¿Qué te dieron ganas te atrevés a decirme?!!!!! ¡¡¡¡¡Yo soy la dueña de tus ganas!!!! ¡¡¡¡¡¡¡Yo soy quien decide cómo te peinás!!!!! ¡¡¡¡¡Yo soy quien decide todo!!!!!
    
    -Ay, señora, pe... perdón... es que... ¡perdón!... –murmuró Laura asustada por la ira de la señora.
    
    -Yo no perdono las desobediencias, las castigo, y ya vas a ver cómo te voy a castigar... -la amenazó y tomándola otra vez de la trenza la llevó hasta una silla donde sin hacer caso de sus súplicas la hizo inclinar sobre el respaldo con la cara y las manos en el asiento, le bajó el jean y la bombacha hasta los tobillos y fue en busca de su rebenque dejándola sollozante y temblando de pies a cabeza. Se proponía aplicarle un correctivo ejemplarizador del cual una buena zurra iba a ser sólo el principio.
    
    Cuando volvió junto a ella le dijo mientras le deslizaba la lonja del rebenque por las nalgas de arriba hacia abajo una y otra vez:
    
    -Nunca más vas a hacer nada que yo no te haya ordenado o permitido...
    
    -No, ...
    ... señora... le juro que... que nunca más voy a... ¡¡¡aaaayyyyyyy!!!
    
    La hizo callar de un rebencazo y siguió hablándole demorando ex profeso el comienzo de la paliza, para incrementarle el miedo:
    
    -Vas a aprender de una buena vez por todas que vos sos una perra de mi propiedad, un simple animal ¿oíste? Un animal sin más voluntad que la mía...
    
    -Por favor, señora... por fa... ¡¡¡¡aaaayyyyyyyyyy!!!! –y comenzó a castigarla con azotes lentos y fuertes hasta que le dijo:
    
    -Vas a contar cada rebencazo y después decís "por haber hecho mi voluntad" –y descargó un nuevo azote sobre el culito que ya había empezado a colorearse.
    
    -¡¡¡aaaaahhhhh!!!... uno, por... por haber hecho mi voluntad...
    
    Y la paliza siguió mientras la señora se iba excitando cada vez más, estimulada por la embriagadora sensualidad del poder absoluto que tenía sobre esa hembrita.
    
    -¡¡¡¡aaaaaaayyyyyyyyy!!!!... quince... por haber hecho... por haber hecho mi voluntad...
    
    El rebenque caía ahora en forma vertical sobre una y otra de las nalgas y Laura, arrasada en lágrimas a esa altura de la azotaina, se aferraba con fuerza al borde de la silla para no caer al piso.
    
    -aaaaahhhhhhhhhhh... cua... cuarenta, por... por haber... por haber hecho... por haber hecho mi voluntad... –dijo la rubiecita con un hilo de voz. La señora le palpó las nalgas ya rojísimas y las notó hirviendo bajo su mano. Entonces consideró finalizada esa primera parte del castigo. Tiró de la trenza y enderezó a Laura, que apenas podía ...
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