1. 52.3 En camino para casa


    Fecha: 30/07/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... un nuevo orgasmo no tardó en llegar y mi culo se derretía de gusto y placer, ahora grité sin poderlo evitar.
    
    Sus movimientos eran más rápidos y más fuertes, no se había detenido y las sensaciones placenteras no dejaban de llegarme, me daba fuertes golpes proyectando sus caderas y sus testículos golpeaban con furia en mis nalgas.
    
    Era inevitable y eyacule con fuerza llenado mi vientre y pecho del semen que salía de mi polla en cantidad, y no paraba de gritar y desear que esto no terminara nunca, mordí mi muñeca hasta hacerme daño y causarme dolor y él no paraba, aguantaba como todo un buen macho, dejando satisfecha a su hembra antes de vaciarse él y dejarle su semilla que la fecundaría.
    
    De repente paró de bombear, lamió el semen de mi pecho, sacó su verga dejándome vacío y se lo iba a reprochar.
    
    -Ponte de rodillas, te voy a follar como a una perra. –no perdí tiempo y obedecía como si fuera lo que él había dicho que era, la perra que él quería montar, me puse de rodillas con las piernas abiertas, el pecho sobre la cama y llevé mis manos para separar mis nalgas y quedar abierto para que me la volviera a meter.
    
    -Ahora vuelve a metértela tú mismo. –la sujeté metiendo mi mano entre mis piernas y la encabecé en la entrada de mi ano.
    
    Entró sin contemplaciones y sentí golpear sus cojones en mis nalgas, no sentí dolor alguno ni me molestó, mi culo estaba muy abierto y es posible que en ese momento hubiera podía contener dos vergas dentro de él, solo sentí placer y ...
    ... sometimiento a mi hombre.
    
    Incliné la cabeza y miré entre mis piernas, era un espectáculo único, sublime, magnífico y erotizante, ver como su miembro, su enorme barra de carne entrando y saliendo poderosa de mi culo abriéndolo con fuerza, como se movían sus huevos en su avance hasta golpear en mis nalgas.
    
    Gonzalo no paraba y comenzó a gemir y apretarse más contra mi culo al llegar a él al penetrarlo, estaba rojo, sudaba a mares y trabajaba como un negro mi culo, estaba disfrutándome al máximo y cada ver me parecía que entraba más adentro, más duro, más potente, más furioso.
    
    Dio una embestida tremenda y comenzó a eyacular y vaciar sus huevos en mi interior mientras gritaba clavado en mi sin moverse, solo su verga temblaba llevando su carga preciosa a mi vientre.
    
    Abrió los ojos y nuestras miradas se cruzaron, estaba como ido pero su rostro se iluminó con una sonrisa que me supo tan rica como su verga.
    
    -¿Te ha gustado princesa? Ahora ya sabes lo que sienten las mujeres tan putitas como tú. –me eche a reír sin poder evitarlo.
    
    -¡Oh! Gonzalo si fuera una mujer podrías haberme dejado preñada, eres un sádico y salvaje pervertido. –estallamos los dos en carcajadas, su polla comenzó a salir de mi ano.
    
    -Gonzalo no te rías, se te está saliendo. –se escurrió de mi interior y no paraba de reír, se le veía tan lindo e infantil, con esa risa tan alegre, después de todo lo que me había dicho.
    
    Se recostó a mi lado y yo aún permanecía de rodillas en la cama, sintiendo como ...
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