CRECER A TIEMPO 4 - Relatos Eróticos

CRECER A TIEMPO 4

... belleza de Clara es inigualable. Es imposible no verla sin desearla, aun vestida desde el cuello hasta los pies. No más verle las ojeras…, y la sonrisa que las acompañan, se me para la pija. Cuando entra, antes de que ella cumpliera la rutina de la mamaba, yo la abrazo, la beso, le acaricio los glúteos, las tetas, los muslos, beso su cuello, las orejas, los pezones… Lo único que no puedo hacer es agacharme para chuparle la concha, pues en eso ella me gana de mano, bajándome los pantalones y dedicarme una de sus espectaculares mamadas. 
Fuimos al sofá. ¡No me iba a quedar con las ganas! La desnudé y la puse sobre mi cara, apoyada en el respaldo. Movía la lengua frenéticamente…, pero Clara se movía más rápido que yo, refregándome la concha por toda la cara. ¡Fabuloso! Estuvimos unos diez minutos…, hasta que ella tuvo su orgasmo. Yo todavía tenía todo el semen en los huevos. Ella lo sabía. Seguí sentado, recostado contra el respaldo. Clarita se agachó entre mis piernas. En verdad me gusta más estar en la cama y ella arrodillada a mi lado mamando: de esa manera, mientras chupa le puedo acariciar el culo, meterle algun dedo y otros menesteres. ¡Estaba en la misma onda que su hija! Su recorrida por el tronco, sus chupadas de testículos, sus besos al glande, su introducción en la boca hasta el fondo, una genial garganta profunda, todo indicaba su intención de que le llenara la boca de semen. Cuando me estremecí, Clara me retuvo fuerte con sus labios y los chorros llegaron a su ...

... garganta. Seguía aferrándome la pija con la mano y la boca. Sorbió todo lo posible. ¡No me dejo una gota! Al tragar sonrió, luciendo su lengua con depósito de semen.
-¡Jajaja! ¡Es riquísima! La nena tiene razón…
-¡Jajaja! ¡Cómo si no la hubieras probado!
-Pero ahora con mayor interés. Algo aprendí de la nena. ¡Si que lo sabe hacer!
Es el momento de reponerme… y esperaba sus novedades…
-Me dijiste que me ibas a contar algo…, sobre le “experiencia de Aldana…
-Ah sí. En mi vida hice muchas cagadas…
-¿¡Quién no!?
-Pero… esta mía fue tremenda… Sabés que tengo tres hijos, todos de padres distintos.
-Sí, me dijiste. 
-A las nenas las conocés…
-A Clarisa…
-No te hagás el gil. Las dos vinieron a acostarse con vos. ¡Me lo dijo Clarisa! Y… bueno… vos sos alguien de otro planeta, por suerte… ¡Por eso te queremos tanto! Así que sé que las rechazaste por no tener “mi permiso”. ¡Eso ocurre solamente con vos! ¡Rechazar dos pibas que están recontra buenas, porque la “mami” no lo sabe!
-Yo te amo Clarita. ¡No voy hacer nunca nada que vos no quieras o sepas!
-Lo sé, mi amor. Por eso te cuento…, la barbaridad que hice. Trataré de hacerla corta…, me da bastante vergüenza… Mi hijo mayor, Jules, tiene 24 años. Aunque las tres viven en casas separadas…, estoy seguro que vos pensaste, en algún momento, como es que las nenas no cogieron alguna vez con el hermano… No porque ellas lo quisieran…, sino más bien, que él quisiera poner a las nenas en “tránsito”. ¡Es lo común entre los hermanos! ...