LA PATRONA EXIGENTE 4 - Relatos Eróticos

LA PATRONA EXIGENTE 4

... boca. «Soltame que te la meto por otro lado. ¡Abrí las piernas!» Salté sobre ella, la tomé con la mano y la guié a la conchita. Antes que reaccionara tenía el glande dentro. «¡Uy! ¡Me la metiste!» «¿Te duele?» «Para nada.» Por supuesto, apenas le abrí los labios; la cabeza y nada más. Estaba súper apretada. Parecía que de verdad nunca entró nada en esa conchita…, salvo sus dedos, tal vez. Me preparé para enterrarla de un saque, antes que reaccione. ¡Y allí fui! ¡Hasta el fondo! «¡Ay, ay, ay! ¡Aaaaahhhh!» La dejé quietita, contra el útero… «¡Me la enterraste toda! ¡Jajaja! ¡Casi la siento en la garganta!» «¿Te dolió?» «Un poquito, casi nada…, un tirón…» Me acomodé para un adecuado bombeo. La fui sacando despacito, solamente un poquito…, hasta donde estaría el himen…, y la volví a enterrar. «¡Me está gustando como te movés! ¡Qué rico!» «¡Relajate y gozá!» Me apoyé en los brazos y llegué con mi boca a sus pezones. Lamí, chupé, besé. Ludmila suspiraba, gemía… «¡Ay! ¡Ay Dani! ¡Amor! ¡Amor! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Cómo me gusta! ¡Ay! ¡Me vengo otra vez! ¡Te chorreo todo!» Sus expresiones de amor no me molestaban, pero me ponían intranquilo. ¡No quería llegar a eso! ¡Es una nena divina! ¡Pero nena al fin y al cabo! «Me alegro mucho que no tengas molestias…» «¡Ma’ qué molestias! ¡Estoy recaliente! ¡Mi vida! ¡Nunca imaginé que coger sería tan rico haciéndolo con vos! ¡No me la saqués nunca! ¡Quiero tenerte dentro mío toda la vida!» «¡Jajaja! ¡Lástima que no se pueda! ¡Te la tengo que ...

... sacar!» «¿Por qué? ¡Estoy fenómena!» «Porque si te lleno la conchita de semen podés quedar embarazada…» «¡Uy! ¡Qué lástima!» Se la saqué justo a tiempo. Descargué un montón de semen sobre el Monte de Venus. «¡Qué desperdicio, mi vida!» «En otro momento lo hacemos mejor…» «Una compañera de la escuela me dijo que su amigo le acaba en la boca…» «Si te gusta lo podemos hacer. Fijate. Llevá un poquito con los dedos y lo probás.» «¡Si! ¡Eso!» Con ambas manos trató de recoger semen de su cuerpo. Lo llevó a la boca y lo chupó. «¡Es rico! ¡Me gusta! ¡Saladito!» Yo solamente había comido fruta al mediodía. ¡Quería estar livianito! «La próxima lo hacemos así…» «¿Cómo la próxima? ¿Ya acabamos?» «No mi amor. Quiero decir que la próxima acabada mía te la doy en la boca…» «¡Bueno! ¡Así sí!» «Vení, montate.» «¿Cómo?» Me acomodé boca arriba. La pija ya había vuelto a su estado “guerrero”. «¡Qué linda la tenés Dani! ¿Te la puedo chupar un poquito?» «¡Todo lo que quieras, mi vida!» «Me gusta mucho chupártela. No te olvidés que me tenés que acabar en la boca.» «Por supuesto que no me olvido.» Se acomodó sobre mí, introduciéndose la pija. «¿Sabés? Cuando acabé sentí un cosquilleo dentro de… la conchita… ¡Algo que nunca me pasó, ni cuando me masturbo…!» «¿Te masturbás mucho?» «¡Jajaja! Bueno…, ayer, cuando llegué a casa me masturbé pensando en vos…, y a la noche, cuando me acosté, también lo hice pensando en vos…, y a la mañana, cuando me desperté, antes de ir a la escuela, lo hice de vuelta…, siempre ...