ESTÁ DURA LA ARMADURA
Fecha: 31/08/2023,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... – Así, así. Ahora anda bajando. Agarrámela con la mano y orientala hasta la conchita. Dale, así. Despacito, bajá despacito. ¿Sentís cómo penetra?
-¡Si! ¡Te la siento! ¿Me sigo sentando?
-Si, hasta el fondo… - La tomé de las manos y la mantuve en equilibrio mientras descendía. ¡Hermoso ver como la pija entraba! - ¡Así, así! ¡Muy bien!
-¡Esto jamás lo hice! ¡Qué rico! – Andina tenía una sonrisa de felicidad total, y ver lo lindo que colgaban sus tetas me la ponía más dura todavía. - ¡Papito! ¡Tú pija parece un garrote! ¡Jajaja! ¡Pero tibio y húmedo!
-Ahora cabalga…
-¿Cómo?
-Con las piernas, sube y baja… Yo te acompaño con las manos. – Le indiqué cómo hacerlo. Inmediatamente agarró el ritmo. ¡Parecía que hubiera cogido así toda la vida! – Apoyá las manos en mi pecho.
Amasé las tetas mientras ella cabalgaba.
-¡Esto es buenísimo! ¡Me golpea contra el fondo! ¡Cómo te siento! – Solté una teta y fui con la mano al clítoris. Con un dedo lo acaricié. - ¡Ay papito! ¡Qué lindo! ¡No tengo palabras!
Se estremeció, cerró los ojos y apretó los labios.
-¡Otra vez! ¡No puedo parar! – Nuevamente descargó sus jugos…
-¡Vení, vení, mamita! ¡Rápido! ¡Sentate sobre mi cara! – Prácticamente la arrastré con mis manos. Le acomodé las piernas y la tomé de los glúteos. ¡Toda mi lengua dentro de ella!
-¡Este placer es más de lo que puedo imaginar! Dani… ¡Dios! ¡Sos único!
-¡No, no mi amor! ¡Vos sos ...
... única! ¡Cogés como las diosas! ¡Sos una diosa! ¡La diosa del sexo!
Yo hablaba sin sacar mi boca de su concha. Espero que me entienda. Quiero mantenerla muy caliente. ¡Nunca imaginé, yo tampoco, que podría coger tan bien con una “viejita” de sesenta y pico de años! Sin duda, Andina estaba naturalmente inspirada en el sexo…
-Ahora ponete en cuatro, mi amor…
-¿En cuatro?
-Si, te la meto a lo perrito.
-¡Jajaja! ¡Qué loco que sos! – La puse en el borde de la cama. La “instalé” de la mejor manera…
-¡No! ¡No Dani! ¡Por el culo no!
-No, mi amor, para nada. ¡Es otra forma de metértela por la conchita! Ya vas a ver…
¡Y le hice ver! Mejor dicho… ¡sentir! Le besé toda la superficie del culo, ambas nalgas. Una piel de terciopelo. Luego las abrí y le pasé la lengua, le bese el asterisco arrugadito e impoluto. Seguí hacia el perineo y llegué a la conchita…, verdaderamente conchita, aunque podría pensarse que por la edad sería conchaza. ¡Era conchita de niña!
Andina gemía y gemía de placer.
-¡Aah! ¡Aaaahhh! ¡Síííí! ¡Dios! ¡Cuánto me gustaaaaa! ¡Papitooo! ¡Qué rico son tus besos…!
Me paré, me acomodé y empujé. Entró maravillosamente apretada. ¡Hasta el fondo! Tanto placer no solamente para ella. ¡Yo gozando como nunca! ¡Tan hermosa es esta hembra! Sentir la pija en su concha, mientras veía el maravilloso culo es glorioso, el paraíso…, y sentir como Andina goza lo hace mucho mejor todavía!