1. Mis odiosas hijastras (4)


    Fecha: 29/09/2023, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... después, como si acabara de recordar el sabor que tenía el semen.
    
    —¿Y por qué te la tomás si no es rica? —preguntó Sami.
    
    —Porque me gusta ver lo locos que se ponen cuando lo hago. Los pobres no se dan cuenta, pero cuando te la tragás son ellos los sometidos, porque después de eso los tenés comiendo de tu mano. Hacen cualquier cosa para que vuelvas a hacerlo. Hasta se humillan ellos solos mandando montones de mensajes, inventándoles excusas a sus novias para sacárselas de encima, o suspendiendo salidas con sus amigos para hacerse espacio.
    
    —Que mala —dijo Sami, aunque también soltó una risita—. ¿Y vos? —le preguntó a Agos.
    
    —Yo nunca lo hice —dijo, impertérrita.
    
    —¿Qué? ¿Nunca tomaste semen? —preguntó Valen, tan sorprendida como yo mismo lo estaba.
    
    En ese punto ya estaban hablando como si yo no estuviera presente, cosa que por un lado me gustaba, ya que no era común para un hombre conocer tantos detalles íntimos de las mujeres, lo que me hacía sentir afortunado, pero por otro lado, mi verga parecía querer dar un salto hasta romper el cierre del pantalón y quedar liberada. La imagen de las tres hermosas criaturas salpicadas por mi semen no me abandonaba. Me arrepentí de no haberme masturbado cuando tuve la oportunidad. No recordaba cuándo fue la última vez que había estado con mi pija dura durante tanto tiempo. Necesitaba con urgencia eyacular, pero me encontraba en el momento más inoportuno.
    
    —Nunca —respondió la mayor de las hermanas.
    
    —Pero… —insistió ...
    ... Sami, dispuesta a saciar todas sus inquietudes— ¿tampoco te acabaron en la cara?
    
    —No. Eso es un asco —respondió Agos.
    
    Sabía que la chica tenía una obsesión con eso de mantener su imagen perfecta y pulcra, pero no tenía la certeza de que eso se trasladaba a sus momentos de intimidad. Pero saber este detalle, lejos de tirarme abajo la imagen sensual de Agos, me hacía sentir por ella una mayor lujuria. Nuevamente fantaseé con poseer a esa chica de gesto siempre altivo. Ya iba a ver si cogía conmigo y no me dejaba acabarle en la cara.
    
    Y lo de Valentina era otra cosa que me traía como loco. Así que la pendeja tenía experiencia en tomarse la lechita, y encima lo usaba para manipular a los hombres. Bien putita había resultado la hermana del medio. Y eso que apenas tenía diecinueve años. Pero seguro que tomaba la mamadera desde incluso antes de que yo la conociera en ese minimercado de mi barrio.
    
    —Igual en las películas siempre exageran ¿Cierto Adri? —dijo Sami—. Cinco hombres con una chica. Qué locura…
    
    —La realidad siempre supera a la ficción —acotó Valentina.
    
    —No me digas que vos estuviste con muchos hombres a la vez —quiso saber la pequeña curiosa.
    
    —Con dos. Más que eso, ni loca —confesó Valentina sin ningún problema. Hablaba de sus experiencias sexuales como si estuviera hablando de lo que iba a comer a la noche, o de la ropa que se había comprado el fin de semana. Sabía que las chicas de esa generación solían ser extrovertidas y no se molestaban en ocultar cosas ...