1. La historia de Claudia (13)


    Fecha: 11/10/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... temblando de pies a cabeza.
    
    Inés sacó sus dedos y se puso de pie.
    
    -Limpiámelos. –ordenó acercándolos a la cara de Laura, quien dócilmente abrió la boca y succionó sus propios jugos.
    
    -Muy bien, cachorra, muy bien, así me gusta, que seas obediente con mamita. –dijo Inés, y Leticia sugirió llevarla al dormitorio.
    
    Una vez allí la peluquera se sentó en el borde de la cama y con Laura en cuatro patas ante ella le ordenó que le quitara los zapatos.
    
    La jovencita lo hizo y entonces debió lamer los pies de la peluquera, que temblaba en continuos estremecimientos al sentir esa lengua una y otra vez desde los dedos hasta los tobillos. Además, la excitaba sobremanera tenerla allí tan rendida a sus deseos. Entonces se puso de pie y se hizo quitar por la sumisa el pantalón y luego la bombacha. Cuando estuvo desnuda de la cintura para abajo se sentó nuevamente y le dijo:
    
    -Ahora quiero esa lengua subiendo por mis piernas, cachorra... por una y otra pierna... lentamente... vamos. –y Laura obedeció sintiendo cuánto le gustaba el sabor de esa piel lozana todavía. Y fue ascendiendo despacio, tal como le había sido ordenado. Cuando llegó a las rodillas Inés se tendió de espaldas en la cama, entre suspiros. La lengua comenzó a recorrerle los muslos en lamidas largas y lentas mientras sentía que se mojaba cada vez más. Llevó una mano a su concha y notó que los flujos brotaban de entre los labios, desbordándolos. Esa lengua seguía acercándose con lentitud y ella estaba ardiendo de ...
    ... calentura, como electrizada en cada centímetros de su cuerpo y jadeando con la boca muy abierta.
    
    Por fin, Laura llegó a destino y su lengua lamió primero los labios mientras Inés se arqueaba hacia delante y volvía a caer de espaldas en medio de un largo gemido.
    
    -Adentro, cachorra... adentro... ¡Meteme esa lengua bien adentro!... –gritó aferrando entre sus manos crispadas la cabeza de la jovencita. Laura entonces separó ambos labios con sus dedos y hundió la lengua en esa cavidad de la cual manaban flujos que ella iba sorbiendo como si se tratara de un licor embriagante. Muy pronto comenzó a ocuparse del clítoris, erecto y durísimo, envolviéndolo entre sus labios y lamiéndolo a veces muy fuerte y luego con extrema suavidad y lentitud.
    
    -¡Quiero por el culo, cachorra! –gritó Inés. -¡Seguí con esa lengua endiablada en mi concha y meteme tus dedos en el culo!
    
    Y la jovencita lo hizo. Sin detener sus lamidas buscó a tientas el orificio anal y mientras Inés movía sus caderas de un lado al otro en el extremo de la calentura introdujo un dedo.
    
    -¡Más, cachorra! ¡Máááááááaáááás! ...–exigió la peluquera y Laura entonces le metió otro dedo y los fue moviendo de atrás hacia delante y de adelante hacia atrás una y otra vez al par que su lengua nadaba en un mar de flujo que seguía surgiendo incontenible de la concha.
    
    Fue en ese momento que Leticia entró en acción. Después de desnudarse se había colocado el arnés doble y ubicándose entre las piernas de la cachorra le hundió en ...
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