1. Nuestro cumpleaños BDSM (segunda parte)


    Fecha: 07/01/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... puntuales, pero poco a poco aumentas la intensidad de los mismos.
    
    A la vez, Rubén juega con los pezones de María. Le coloca dos pinzas que parecen bastante potentes a juzgar por sus gritos, y le pone una mordaza en la boca. También juega con un flogger en su vientre y en sus tetas. María emite gemidos ahogados por la mordaza a la vez que siento que su respiración se agita cada vez más. Tengo miedo de que se corra, y bajo un poco el ritmo, pero te das cuenta y me dices que siga comiéndolo sin parar un segundo.
    
    Lo hago, y cuando estoy concentrado en su clítoris, siento que tu strap está colándose dentro de mí. Noto tu primera embestida y casi me caigo encima de María. Es increíble cómo una mujer de 1,60 puede tener tanta fuerza con las caderas. Comienzas a cabalgarme sin ningún tipo de miramiento. Me estás follando duro. Sé que te encanta, y a mí también me gusta demostrarte que puedes hacer conmigo lo que quieras, así que, en un momento dado, empujo mi culo contra tu strap, a la vez que sigo comiéndole el coño a María.
    
    “Eres una puta increíble. Tienes diez segundos para hacer que se corra, Pedro. Por cada segundo que pase de ese tiempo, recibirás un latigazo de Rubén. Y puedo asegurarte que con el látigo es mucho más duro de lo que lo soy yo”.
    
    Me esmero en hacer que se corra, pero pasan los diez segundos y no lo hace. Rubén está apretando las pinzas, e imagino que le costará concentrarse en su placer con esas dosis de dolor. Aumento el ritmo de mi lengua y tres ...
    ... dedos entran y salen de María a toda velocidad. Finalmente, cuando escucho el número dieciocho, siento su orgasmo en mi boca, y escucho sus gemidos de placer.
    
    Pero apenas puedo disfrutar del orgasmo de María, porque noto que tus embestidas no hacen sino aumentar… en una de ellas pierdo el equilibrio y me caigo al suelo boca abajo. Pero no estás contenta por no haber conseguido que María se corra en el número diez de tu cuenta atrás, y sin dejar que me levante ni que vuelva a ponerme a cuatro patas, siento tu strap haciendo fuerza en mi culo. Abro las piernas, levanto un poco las caderas y vuelvo a ofrecerte mi culo, abriéndolo con mis manos. Vuelves a entrar violentamente en mí. Siento que no me quedan fuerzas y relajo mi cuerpo contra el suelo. Mientras, con tu mano empujas mi cabeza contra el suelo mientras dices:
    
    “¿Es tan difícil obedecer una orden, zorra? ¿Tanto te cuesta hacer que una sumisa se corra cuando yo quiero? Muy bien… voy a follarte hasta que me aburra o hasta que escuche la palabra de seguridad. Estoy cabreada contigo. Me has dejado mal ante mi amigo”.
    
    Emito un imperceptible “lo siento, Ama”, pero no me escuchas. Sigues follándome sin parar. Sigues empujando más y más dentro… y entonces, ocurre lo peor. Sin poder controlar mi cuerpo, y quizás por el hecho de rozarme contra el suelo o tal vez por la intensidad de tus embestidas, me corro sin poder controlarlo, y sin pedirte permiso. Lo único que pude decir, y demasiado tarde, fue:
    
    “Ama, por favor… me ...