Mi odiosa madrastra, capítulo 5
Fecha: 30/01/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... punto de sentirme muy interesado por su historia de vida.
Sin embargo, ella me lo contó:
— En todos los trabajos que tuve, siempre había algún superior, o algún compañero de trabajo que se quería acostar conmigo.
— Algunos hombres son muy poco profesionales —comenté.
— El hecho de que me sucediera lo mismo en cualquier empresa a la que iba, empezaba a asquearme. Era como si el mundo me dijera que sólo valía por mi físico, que sólo podía escalar posiciones si me arrodillaba ¿Entendés de qué hablo?
— Sí, entendí la metáfora a la perfección —dije, casi ofendido.
— Y para colmo, nunca fui alguien precisamente brillante —confesó luego—. No pasé el curso de ingreso a la universidad, y siempre me costó mucho aprender las cosas. Así que, esto de que para los demás solo valía por mi belleza, parecía ser reafirmado por mí misma, ya que no tenía ningún talento, y no destacaba profesionalmente en mi trabajo. Tampoco es que era una incompetente, pero nunca lograba sobresalir más que por mi cuerpo. Y cada vez que conseguía un empleo, en la empresa corría el rumor de que me habían contratado porque tenía algo con el gerente. Y cada vez que cometía un error, era muy mal visto, porque a las mujeres como yo siempre se les exige el doble que a las demás, como si por ser linda estuviera obligada a ser la más eficiente de todas.
— Entiendo —dije.
Le entregué los vasos y los cubiertos, para que los secara. Nuestras manos se rozaron.
— Así que pensé —siguió contando ...
... Nadia—, que ya que parecía valer sólo por mi cuerpo, le sacaría partido a la situación. Y además, dejaría de ser usada por tipos que sólo sentían lujuria por mí y que no me valoraban como persona, y sería yo la que los usaría. Además, ahora gano mucho más de lo que ganaría en cualquier otro trabajo.
— Pero ¿considerás eso una victoria? —Pregunté, ahora con sincero interés—. Al fin y al cabo, pareciera que terminaste ocupando el rol que la misma sociedad te orilló a ocupar.
— Ya veo que no te la pasás leyendo todo el tiempo en vano —dijo ella, con una sonrisa triste—. Simplemente tomé la mejor opción que tenía. Además, no es que piense dedicarme a esto toda la vida. Que además el cuerpo no me va a durar así para siempre. No me da la cabeza para hacer una carrera universitaria, pero hice montones de cursos: maquillaje, cocina, liquidación de sueldos, y hasta algunos de computación.
— Ya veo. Es bueno querer superarse. Además, en la cocina sos muy buena —respondí.
Nadia guardó los vasos en la alacena. Al hacerlo, tuvo que ponerse de puntitas de pie. Vi cómo uno de los vasos se le resbalaba de las manos. Logró agarrarlo, apenas con dos dedos, pero se notaba que en cuestión de unos instantes caería al piso y se haría pedazos. Sin pensármelo mucho, di un paso en su dirección, y estiré la mano para agarrar el vaso. Al hacerlo, sin intención, empujé con mi pelvis a mi madrastra. Ahora mi entrepierna se frotaba con su enorme culo.
Ella quedó apretada contra la mesada, con el ...