1. Tratando de buscar una salida (cap. 1): William


    Fecha: 18/05/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... salieron. Tal era la sensación de que algo se abría dentro de mí, que me rajaría el culo. Viendo cómo estaba, pues me arrastraron hasta una colchoneta en el suelo y allí quedé clavado por Raúl. William trajo un pomo con vaselina y empezó a untar en el culo, le dijo a Raúl que sacara algo para ponerle la vaselina. Estuvimos un rato así, yo clavado, Raúl dentro y los otros dos sentados mirando. William se acercó, me besó y me dijo que tocara mi culo lleno, que sintiera que todo estaba bien. Así lo hice, me parecía mentira que dentro tuviera aquel trozo de pinga. Al rato empezamos a singar, Raúl comenzó con suavidad, diciendo que nunca había singado un culito tan estrecho. Después Tony y William se turnaron para que mi boca recibiera sus pingas, a partir de aquel momento no podría decir que fue y quien me singó. Lo peor fue cuando ya quería venirse, uno a uno se vino dentro, sentía que por mis muslos el semen me corría. Tony se vistió y se fue rápido, se despidió alabando mi culo y que repetiríamos, William se fue a despedirlo hasta la puerta. Raúl se quedó abrazado a mi espalda.
    
    —¿Te gustó? —me susurró al oído Raúl.
    
    —¡Sí, pero me dolió al principio!
    
    —¡Bah, al principio duele, pero después es la vida misma, así me dicen los pocos que se han metido este pingón! Tú eres uno de esos pocos, además quisiera que te adaptaras a mi pinga.
    
    William regresó y dijo que saldría a buscar un paquete de cigarro, que me dejaba en buenas manos. Yo en principio no pensé que todo era ...
    ... parte del plan para dejarme solo con Raúl, pero era el plan porque William no regresó y Raúl me singó antes de que me fuera. Pero esta vez fue mejor, con mucha vaselina y caricias, fue una singada larga, yo mismo tenía la impresión de que amanecería de un momento a otro. Pero salí comprendiendo que el sexo era más que el tamaño, era el placer, la satisfacción y el saber hacer las cosas. Raúl me poseyó con pasión, como un verdadero macho, me hizo su objeto, su mujer, su culo, su chocho. William fue quien me singó por primera vez, pero quien me poseyó de verdad fue Raúl, me convertí en adicto a su pinga, al sabor de su leche, de su lengua, de sus manos. No tenía nada que ver su cara que no era agraciada, incluso hubo cierto disgusto con William porque en realidad pasé a pertenecer a Raúl aquella noche y por largo tiempo. Mis amistades me decían que me había puesto la capa del zorro, refiriéndose al color de Raúl, mi familia no lo veía con buenos ojos por ser negro como el chapapote, pero yo era feliz. Le pertenecí por dos años y medio, en que no probé ninguna orgía aunque sí singué con otras personas pero mi marido era Raúl, era mi dueño y yo le pertenecía todo. Los demás comentaban que ya nadie quería singar conmigo porque mi culo estaba desflecado por la pinga del negrón. Era yo el compromiso o la mujer oficial de Raúl, todos lo sabían, todos lo comentaban. Él se sentía orgulloso de mí y yo de él, y la envidia la sentían los otros hacia aquel misterio que habíamos descubierto ...
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