El calvario de Luciana (12)
Fecha: 20/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... en celo para mi placer y el placer de todos los hombres y mujeres con los que estoy…
La vieja levantó la cabeza, sorprendida y molesta por la intrerrupción:
-¡Seguí chupando, zorra! –y Luciana volvió a su tarea hasta que la clienta tuvo su orgasmo, pobre y corto pero orgasmo al fin y quedó resoplando, desentendida ya de la putita. Entretanto el juez seguía yendo y viniendo con su verga adentro del culo de Luciana, tratando de demorar la explosión para seguir disfrutando de tan intenso goce. Cambiaba el ritmo de la penetración haciéndolo lento o rápido alternativamente, mientras mantenía a la perrita aferrada con fuerza por las caderas. Luciana jadeaba y gemía, agitada y ardiendo de placer con esa cosa dura que le iba y le venía y de pronto Eloísa, ya recuperada, comenzó a estimularle el clítoris y al mismo tiempo, con la otra mano, a sobarle las tetas y a juguetear con los pezones que de inmediato se pusieron duros como clavijas y erectos cual diminutos mástiles.
-¡Qué puta sos, marrana! ¡Estás caliente como pava sobre el fuego! ¡Sos la más puta de las putas! –le dijo la vieja encantada por tanta calentura de la jovencita.
-Soy… soy una… una perra en celo para… aaaahhhhhhh… para mi placer y… ahhhhhhhh… el placer de los hombres y mujeres con… con los que estoy,,, aaaahhhhhhhhhhhh… ¡aaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!... recitó Luciana
moviendo sus caderas, jadeando cada vez con más fuerza y la respiración agitada. El juez se inclinó hacia delante, le soltó las caderas y ...
... luego de pedirle a Eloísa que quitara las manos de las tetas, comenzó a ocuparse él de esas deliciosas ubres mientras aceleraba el ritmo de la penetración y su mujer no dejaba de estimular el clítoris de la putita, que sentía duro entre sus dedos hábiles.
-¡Acabá, puta! ¡acabá! –la apremiaba la vieja y Luciana acabó, explotó entre gritos y fuertes estremecimientos al mismo tiempo que el juez le llenaba el culo de semen mientras le estiraba y retorcía los pezones. Inmediatamente después los tres yacían desmadejados en la cama, sudorosos y jadeantes hasta quedarse dormidos.
Tres horas después el juez y su esposa se desperezaban y segundos más tarde volvían sobre Luciana, que despertó sobresaltada cuando el viejo la tomó por los hombros y empezó a sacudirla violentamente. El susto ahuyentó las últimas brumas del sueño y escuchó atenta la orden del cliente mientras Eloísa le besaba las tetas mordisqueándole los pezones.
-Vamos, perrita, en cuatro patas y con el hocico abierto que vas a chupármela.
En el cerebro de Luciana se activó otra de las consignas grabadas por la doctora Mónica mediante la hipnosis y dijo:
-Soy una perrita obediente y servicial.
El juez rió nerviosamente, excitado y sintiendo que su verga empezaba a reaccionar incluso antes de meterla en la boca de la putita.
-Se la vas a chupar a mi esposo y yo te voy a chupar a vos esa linda conchita que tenés, zorra. Te voy a dar el mejor orgasmo de tu vida de puta. –prometió la vieja.
Ya Luciana ...