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Acuérdate de Acapulco
Fecha: 06/06/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... pezones con suavidad. Estábamos bien acoplados pero aquello no podía durar siempre. Y me corrí, mis jugos resbalaron hacia su pubis y sus huevos, por los dedos de Sara. Mi grito lo calló ella con sus labios. No sabía lo bien que el se recuperaría después de correrse y tras tranquilizarme yo un poco no quise correr riesgos. Viendo que él aguantaba bien duro me levanté para cederle el turno a su mujercita. - Te toca. ¿Estás lista? - Si tu me ayudas por supuesto. - No lo dudes. Ella vino sobre la cadera de Juan. Sujeté su culo para que no tuviera prisa. Yo me quedé a su costado para echarle una mano, o mejor las dos. Me había preparado a conciencia, limpia por dentro y por fuera así que el recto falo lucía brillante solo por el lubricante. Aún así le puse un poco más en la polla y una generosa ración en el ano abriéndolo con dos de mis dedos para irla acostumbrando al grosor del nabo de su chico. Ella le daba la espalda mirando hacia sus pies. Por fin pude guiar la cadera para que bajara suavemente clavándose el rabo. El ano se iba abriendo despacio al paso del glande. Y yo de privilegiada espectadora, lo tenía en primer plano. Le hice separar un poco los muslos para inclinarme y chuparle los huevos mientras ella empezaba a moverse despacio para irse acostumbrando al grosor de la polla en sus entrañas. Aprendía rápido, pronto no hizo falta que sujetara la cintura mientras iba acelerando las subidas y bajadas ella sola. Los dos gemían y gritaban su ...
... amor en frases inconexas y su agradecimiento hacia mi por ayudarles a expandir sus horizontes. De los huevos de Juan pasé a besarlos. Primero a ella y luego los pezones del chico. Todo ello sin dejar de acariciar las suaves pieles de ambos. Continuaron hasta que Juan se corrió en el interior de su mujer. Ella ya se había corrido y creo que varias veces ayudada por mis dedos o los de él acariciando su coñito. Cuando se levantó fui yo la que hice con ese culo que me encantaba y se lo lamí con el semen rezumando de su interior. Ella se había girado e inclinado hacia adelante para besarlo así que la grupa levantada quedaba a mi perfecta disposición para mis caricias y lamidas. Nos derrumbamos mezclados sobre la cama, yo no sabía cual de los dos me acariciaba o besaba ni a quien de los dos tocaba yo. Juan nos dejó solas mientras iba al baño a mear y lavarse de lo que nuestros intestinos hubieran dejado en su instrumento. Mientras nosotras frente a frente nos cambiábamos saliva y caricias. - Muchas gracias por todo esto. Nos hacía falta un catalizador que ayudara a que nos desinhibieramos un poco. Para hacer esas cosas que no nos atrevíamos a hacer solos. Algunas de ellas ni a comentarlas. - Está siendo un auténtico placer. Creo que solo teníais que dejaros llevar por la imaginación. Lo hubierais hecho solos, al menos yo os veía con ganas. Juan nos contemplaba desde la puerta del baño, mientras nos dábamos cariño y caricias. Su polla aún no se había puesto dura, ...