1. El secreto de mi esposa


    Fecha: 13/08/2024, Categorías: Infidelidad Autor: LSC, Fuente: CuentoRelatos

    ... hablando en serio?”, a lo que respondo: “¿A vos qué te parece?”. Me vuelve a preguntar: “¿Pero para que querés que haga eso? ¿No te molesta verme coger con otro?”
    
    Le respondo: “Al principio, sí. Pero luego de verte en el video me calienta y si querés que nuestra relación siga, haceme caso y cogete al viejo como yo te indique.” Y agregó: “Además acordate que tengo este video, del cual ya hice backup, pero no lo pienso viralizar si vos aceptás lo que te propongo”.
    
    Mi mujer no puede creer lo que está escuchando y me observa con los ojos duros y abiertos como nunca para decirme: “No podés ser tan hijo de puta”, a lo que le respondo: “No tanto como vos.”
    
    Me retruca: “Aparte si lo viralizas, va a quedar en evidencia que sos un cornudo”. Le respondo: “No creas, porque le pongo como título “Mi esposa la puta” y solucionado el problema.”
    
    Me responde: “Pensé que te conocía...” Mi respuesta fue: “Yo también.”
    
    Menea la cabeza de un lado al otro y me dice que acepta mis condiciones, pero que por favor no divulgue el video. Le respondo que, si hace lo que digo, no tendríamos problema alguno.
    
    Luego de “concordar”, le digo que va a tener que encontrarse el martes que viene, en el hotel de siempre. Debe seguir toda la rutina del encuentro habitualmente.
    
    Me dice que como va a hacer para filmarse con el viejo, ya que es muy reservado porque también estaba casado, por lo que le respondo que se arregle y busque la manera, a mí me interesa que se filme y que la filmación sea ...
    ... de calidad.
    
    Le paso a dar las indicaciones para el próximo encuentro: “Vas a actuar normal, como de costumbre cuando te coges a ese viejo de mierda, solamente sabiendo que estás siendo filmada y además, luego de cogértelo como siempre, tenés que entregarle el culo.”
    
    Me vuelve a mirar, esta vez más que sorprendida, y me responde: “Pero sabés que nunca se lo entregué a nadie. Ni siquiera a vos. ¿No querés estrenármelo vos en lugar de otro?”
    
    Era verdad, siempre que le pedí de hacerle la cola, me la negó aduciendo que no le gustaba.
    
    Le respondo: “Ya no me interesa que nunca me hayas entregado el orto. Ahora quiero que te lo rompa otro; Como ser, “tu amante”, que tanto te gusta que te chupe las tetas.”
    
    Me responde, levantando la voz y calmando el llanto: “¿Cuál es el fin de todo esto? ¿Humillarme? ¿Hacerme sentir como una puta? ¿Eso te calienta?”
    
    Le respondo muy tranquilo y sin culpa alguna: “Te lo voy a dejar en claro nuevamente. O aceptás lo que te propongo o ese video está en internet en menos de lo canta un gallo. Elegí.”
    
    Me mira fijo, nuevamente meneando la cabeza en signo de negación, por lo que aprovecho para decirle: “¿Elegiste o todavía estás pensando la respuesta?”
    
    De nuevo me mira, y esta vez asiente en silencio con la cabeza. Finalmente acepta mi proposición.
    
    Durante ese fin de semana e incluido el lunes, la comunicación fue escasa. Las veces que me quiso dar charla, solamente le respondía con monosílabos. En el amanecer del martes, le di las ...
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