El secreto de mi esposa
Fecha: 13/08/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: LSC, Fuente: CuentoRelatos
... se me pone dura como una roca.
Comienza a querer introducirle la cabeza de la pija, apoyándola, pero mi mujer se adelanta, asustada. Rubén le vuelve a decir que se quede tranquila y que “disfrute”. Vuelve a la posición anterior y el viejo intenta nuevamente el ingreso, muy suavemente. Empieza a lograrlo, por lo que mi mujer empieza a gemir y alcanza a decirle, tres veces seguidas: “…Despacio…”
Este le responde: “Tranquila, vos disfrutá.” Sigue con su cometido, y se puede ver claramente como sigue introduciendo su pija en el culo virgen (Ya no) de mi esposa.
A todo esto, mi mujer por fin se relaja, comienza a gemir más intensamente y a medida que el viejo comienza con las embistas, la agarra fuertemente de las caderas, mi mujer le dice en repetidas ocasiones: “Mi amor, que placer… Por favor no parés…”
El viejo continúa bombeándola, pegándole nalgadas cada tanto, alternando sus manos entre las caderas y las tetas de mi esposa. Tal es el grado de excitación de mi mujer que comienza a pajearse, tocándose a toda velocidad su clítoris, mientras que con la otra mano agarraba con todas sus fuerzas la almohada y alcanzar a decirle a su amante, entre gemidos cada vez más fuertes: “¿Nos vamos juntos?”.
El viejo responde con un “Sí muñeca” que se escucha levemente porque queda oculto detrás de los gemidos ...
... desorbitantes de ambos. Continúan unos minutos más hasta que llegan al orgasmo en conjunto.
Acto seguido, Rubén se desploma sobre la espalda de mi esposa, la besa y se baja de la cama. En ese preciso momento, pude ver como el culo de mi mujer no paraba de expulsar leche, al mismo tiempo que latía como un volcán haciendo erupción, mientras ella seguía en cuatro, inmóvil, luego de su primer “culeada”. Luego se quedaron hablando, se vistieron y se fueron.
Yo me fui a corriendo a hacerme otra vez, una flor de paja. Estaba a mil por hora luego de haber concretado en parte, mi plan de venganza.
A la noche cuando volvió mi mujer, me pasa su celular para que vea el video que logró filmar, según ella, escondiéndolo entre los adornos de una de las mesitas de luz. Cuando veo el video, me doy cuenta que le falta la parte donde entrega la cola, por lo que le pregunto y me dice que no se animó hacerlo.
Me quedo callado y le digo que está bien, que no importa, y que ya no me debe nada. Me saluda y se va a bañar.
Yo sé la verdad; No quiso que vea como gozaba mientras le rompían el culo, luego de tanto negármelo, mientras le decía “Mi amor” al amante, pero prefiero que se vea humillada y pague por turra por los cuernos que me metió, sin contar (de yapa) que cumplí una de mis fantasías, que era verla acostarse con otro tipo.