38.2 El relato de María
Fecha: 25/10/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... igual no tengo que sacar nada.
Nos lavamos la boca y vamos a la cama, no dejo de observar que Nico conserva el slip para meterse entre las sábanas cuando a él le gusta dormir sin ropa. Yo lo hago con un pantalón corto de dormir, se queda mirando a la pared, donde colocaron la rosa de cerámica que encargaron hacer para adornar aquel hueco. En el espejo se refleja la imagen de la silueta del chico y la chica desnudos de la cabecera de la cama.
Me apoyo en mi codo para mirarle, aparenta estar serio y yo sonrío pasando mi mano por el vello de su pecho, luego inclino la cabeza para besarle muy suave el pezón de su tetilla.
—¿Apago la luz?, ¿quieres descansar? —no desvía la mirada de la figura de cerámica y luego se vuelve hacía mí y me besa en la frente.
—Como tú quieras. – apago la luz y paso mi brazo por encima de su abdomen, mi pierna la coloco sobre las suyas buscando su calor y el roce de sus pelos, y mis ojos se van cerrando sintiendo el olor de su cuerpo y su colonia.
Me despierto varias veces, el sueño de Nico es intranquilo y no deja de moverse. Debían de haber pasado varias horas y me despertó su aliento que quemaba mi cuello, sus labios se posaban cálidos al final de mi pelo, su mano izquierda pasada sobre mi pecho me oprimía contra él y una gran dureza se apretaba en mi trasero.
Quedé con los ojos abiertos, sentía sus dulces y tiernos besos en mi cuello y su respiración agitada, su pene pulsaba, palpitaba como si tuviera vida propia apresado por la ...
... tela, los pelos de su pecho acariciaban mi espalda y mi falo respondía al estímulo de su deseo.
Llevé mi mano hacia atrás y acaricié su verga por encima de la tela, está estaba mojada de la abundancia del pre semen que expulsaba, metí mis dedos por el borde del slip y su cabeza envuelta en su prepucio salió liberada, la envolví en mi mano y la froté con su precum, conseguí deshacerme de mi pantalón y ahora nuestras pieles estaban en contacto directo.
Se quitó el slip y pegó su cuerpo al mío, rozaba con su enorme verga mis glúteos, la tenía muy caliente y muy dura, toda ella húmeda. Su mano a veces acariciaba mi cadera, metiendo sus dedos en el hueco que formaba mi hueso con el vientre produciéndome un agradable cosquilleo, o subía por mi costado hasta mi tetilla y la acariciaba, a veces con pequeños pellizquitos que arrancaban sordos suspiros de mi pecho.
Llevé mi mano a su polla, me estremecí al cogerla entre mis dedos, fui deslizando el pellejo de su prepucio liberando del todo su glande y deslicé mi mano hasta su base para enredar sus pelos en mis dedos y pasarlos por su arrugado escroto, donde sus testículos se mantenían prisioneros, tan gordos y pesados, envueltos en la seda recia de sus vellos.
Elevé mi pierna y él aprovechó para meter su verga entre mis muslos, pegando a lo largo del perineo, golpeando su mojado glande con mis testículos que apartaba a su paso.
Comenzó a follar mis muslos, yo movía mis caderas para permitir que a veces su falo rozara mi ...