1. Y si se puede, ¿por qué no?


    Fecha: 23/09/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... Estaba un tanto concurrida, y, por lo atrayente del ambiente, decidimos quedarnos un rato allí. Nos situamos en la barra, pedimos un trago y nos quedamos observando lo que sucedía en el lugar. Apenas habían pasado unos minutos desde nuestra llegada, cuando un muchacho se situó al lado de mi mujer y le entabló conversación. Ella conversó con él unos instantes, y, de un momento a otro, él le tomó de la mano y ambos se dirigieron hacia la pista de baile.
    
    Me pareció algo normal, porque, al fin y al cabo, aquello hacía parte de la distracción y entretenimiento que pretendíamos buscar al disfrutar de nuestras vacaciones. Yo, la verdad, no estaba pensando, para nada, en bailar. Más bien tenía en mente subir a nuestra habitación, y tal vez, dar el cierre a la noche haciendo el amor con mi mujer. ¿Por qué no? Me preguntaba. Pero la aparición repentina de aquel muchacho, en ese momento, resultó sorpresiva e inesperada. Y, sabiendo yo que ella no desperdicia la oportunidad de bailar, como en otras ocasiones, tomé las cosas con calma y me dispuse a pasar la situación de la mejor manera. La vi a ella muy entretenida y, tal vez algo excitada, por lo cual el baile podría ser su manera de desfogar energía.
    
    En la media luz propia de aquellos ambientes, a la distancia podía ver cómo aquel hombre disfrutaba de la compañía de mi mujer, aunque, a mi parecer, la intención de baile estaba convirtiéndose en algo diferente. Las manos de aquel recorrían todos los rincones del cuerpo de mi ...
    ... mujer, por encima de su ropa, y ella, tal vez dejándose llevar por la excitación que había sentido unas horas atrás, aceptaba y se lo permitía. Pasado el tiempo, los vi bailando, prácticamente fusionándose en un solo cuerpo y besándose con toda pasión. Bueno, pensé, Laura está muy lanzada esta noche.
    
    Llegados a mí, pasado un rato, el muchacho se distanció de nosotros, quizá dejando que ella y yo conversáramos. Oye, ¿cómo va todo? ¿Pregunté? Te veo entretenida. Sí, me respondió. Encajamos con Juan. Es muy atento. Baila muy rico y es muy… muy especial. Ah, ¡ya! Y ¿entonces? Bueno, el tipo me tiene a mil. Y ¿eso qué significa? No te vayas a molestar, me dijo. ¿Qué? Pregunté fingiendo impaciencia. Quisiera estar con él. Entiendo, respondí. ¿Y él ya te lo sugirió? No, contestó ella. Pero tú ya sabes, una sabe qué quieren ustedes cuando comparten en una situación de estas con una mujer, pero quería hablar primero contigo y luego manifestárselo a él. Pudiera ser que no esté dispuesto. Y no pasa nada si fuera así. Y ¿dónde sería? En nuestra habitación, si te parece. O ¿dónde pudiera ser? Pues en la habitación. ¡Dale! ¡Adelante!
    
    Se fueron a bailar otra vez y allí, pasados los minutos, era evidente que ya copulaban en la pista, aún sin estar desnudos. El hombre procuraba que mi mujer estuviera excitada al máximo y, pieza tras pieza, la interacción subía de tono. En algún momento aquel llevó sus manos a las nalgas de mi esposa, levantándole su falda. Llegué a ofuscarme un tanto por su ...
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