Mis adoradas mujeres
Fecha: 12/10/2024,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos
... hembra sabrosa, de esas que te dejan maravillado. Durante un buen rato llevó un ritmo casi que musical, tropical latino, hasta que se cansó y por tanto yo retomé el control. Nuevamente mete y saca lento, aumentando poco a poco el ritmo hasta que, después de cinco orgasmos de ella, casi que encadenados, exploté en sus entrañas. Desde siempre, el sexo anal le resultaba en el doble o más de orgasmos que el vaginal. Le llené su lindo culito de semen, como tantas otras veces en el pasado, solo que ahora significaba mucho más que antes. Era el renacer de nuestra relación, una relación que, hasta 24 horas antes, daba por perdida.
Caí sobre su cuerpo, exhausto pero feliz. No había nada más delicioso que culearme a Miriam.
Luego de recuperarnos, nuevamente a la ducha y ponernos unas batas para bajar a desayunar.
Desayunamos frutas y cereales, café y nos fuimos a la terraza. Allí, como a las 9 de la mañana, llamó a Orlando para convocarlo.
- Aló, Orlando, ¿Cómo estas, mi amorcitico? – le preguntó ella.
- Bien será, amorcitico, esperando tu llamada. ¿Cómo te fue? ¡Me tienes en ascuas! – respondió Orlando.
- Mejor de lo que me esperaba, se impresionó al verme. Conversamos mucho, hablamos todo y queremos que vengas para hablar. Es importante. Él quiere verte – le dijo Miriam.
- ¿Le contaste todo? – inquirió él.
- Si, todo, sin omitir detalles – respondió ella.
- ¿Será que me va a disparar? ¿No tiene una pistola por ahí? – le dijo en broma, pero con cierto ...
... apremio.
- Nada de eso, Alex es un hombre civilizado. Te esperamos, no tardes.
Colgó y me premió con una dulce mirada:
- Está nervioso, me preguntó si le ibas a disparar o algo parecido, pero ya viene. Él es un hombre de verdad, responsable. Dará la cara, te lo aseguro. Ya no es un muchacho.
- ¿Cuántos años tiene ya? – le pregunté.
- 26 – me dijo.
A eso de las 11 de la mañana, abrazados en el sofá de la terraza, llamé a Rosi:
- Alóoo, hola, mi amorrr – me respondió ella, con voz de recién despertada.
- Hola, bonita, ¿Cómo amaneces?
- Será bien…, aunque estoy un poco zarataca todavía. Ese hombre bebía como un cosaco y me servía uno tras otro. Cogí una mona con pedrigree – agregó ella, en su lenguaje más coloquial.
- Necesito verte hoy, a más tardar en unas dos horas, aquí en casa. Solo a ti, no quiero ver aparecer por aquí a Camila. Es muy importante.
- Me pones a mil, el ratón que tengo parece un conejo, de lo grande. Déjame darme un baño de agua fría para ver si cojo mínimo, me visto y me voy.
- De acuerdo, tómate algo para el ratón, una Sal de Frutas, algo así para que te repongas. Al llegar aquí te tomas una cervecita, para completar. Te espero, chao.
Colgué la llamada y nos pusimos a la espera. Seguíamos abrazados en el sofá de la terraza, frente a la piscina… me empezaba a parecer que la diosa fortuna volvía a sonreírme.
Poco después llegó Orlando, un tanto nervioso, pero decidido. Miriam lo recibió en la puerta, se dieron un piquito y ...