1. Mis adoradas mujeres


    Fecha: 12/10/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos

    ... entraron hasta la terraza, donde yo los esperaba. Me estrechó la mano, con firmeza y lo invité a sentarse. Miriam y yo en el sofá, ella abrazada a mí del lado izquierdo y él en un sillón frente a nosotros y le dije:
    
    - Orlando, Miriam llegó aquí ayer tarde, antes de oscurecer y me deslumbró. Esa es la palabra, me deslumbró. Todavía estoy asombrado del cambio que se operó en ella. No solo en su cuerpo, sino también en su mente. Por todas las cosas que hablamos ayer y esta mañana, entiendo que en gran medida te lo debemos a ti. Sin más vueltas que darle al asunto, te estoy muy agradecido de que me hayas devuelto a la mujer que creí perdida, aunque te hayas quedado tú con una parte – le expuse seriamente.
    
    - El logro es exclusivamente de ella, yo solo le tendí una mano, pero el esfuerzo, el valor, la constancia, el verdadero motivo, es solo de ella. Es una gran mujer, es mi tía querida, mi madrina y… bueno… la admiro y la adoro – me respondió.
    
    - Bueno, si seguimos ensalzándola, se nos puede poner pretenciosa. Quiero que sepas que la amo con toda mi alma, como siempre ha sido. No creí posible recuperarla, pero ahora estoy feliz por eso y no estoy dispuesto a perderla de nuevo. Ella me ha puesto una condición única e ineludible para volver conmigo…, tú. Si no lo acepto, se va y la pierdo definitivamente. Pero yo también le puse una condición, también única e ineludible, mi hermana Rosi, tú la conoces... la estamos esperando. No puedo ni quiero hacerla a un lado, así que ...
    ... ahora seremos cuatro. Yo seré el cornudo – dicho esto, miré a Miriam y luego a Orlando, intermitentemente, para poder captar sus reacciones.
    
    Miriam respiró profundamente, ya más tranquila y se levantó de mi lado, se acercó a Orlando y lo besó en la boca. Le apretó las manos, como felicitándolo y luego regresó a mi lado, para también besarme. Se acercó a mi oído y me susurró:
    
    - Te amo con toda mi alma. Siempre seré tuya.
    
    Nos servimos unas cervecitas vestidas de novia y brindamos por mis cuernos. En eso estábamos cuando apareció Rosi, con un vestidito floreado a media pierna, con tacones bajos y una cara de trasnochada que solo su enorme belleza podía hacer lucir. Al ver a Miriam allí, se quedó de una pieza, tal como me pasó a mi ayer. No lo podía creer:
    
    - ¡Coño! ¡Todavía estoy rascada! ¿Eres tú, Miriam? ¡No lo puedo creer, mujer, estas increíble! – y se le acercó, la tomó de los brazos y la examinó más cercanamente. Luego la abrazó y felicitó, se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, de hermano. Después miró a Orlando y se acercó a él, le dio un par de besos, al estilo del saludo de los españoles y se dejó caer en el sofá, a mi lado derecho, con los ojos muy pero muy abiertos, de la impresión.
    
    Así las cosas, procedí a comentarle todo a Rosi, desde el principio, sin omitir detalles. Le ofrecí una fría vestida de novia, para ahuyentar el enorme ratón que traía y seguí mi relato. Miriam y Orlando me apuntaban algunas veces, hasta que todo, realmente todo, quedó ...
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