1. Mis adoradas mujeres


    Fecha: 12/10/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos

    ... Rosi se estaban dando lata entre ellas, de una forma realmente apasionada. Por un momento no supe que hacer, si entrar al agua como si nada o quedarme quieto y no estorbar. Me dio mucho morbo verlas así, besándose con furia, comiéndose, literalmente. Me quedé sentado en una tumbona y les dejé hacer. Mucho rato después, aquellas dos hembras se calmaron y me miraron, un poco turbadas, pero felices y me llamaron. Me acerqué a ellas sin hacer comentario alguno hasta que ellas, al unísono trataron de hablar a la vez. Nos reímos nerviosamente y entonces fue Rosi la que atinó a decir:
    
    - Lo siento, mi amor, no sé qué me pasó, estábamos paradas aquí, de pronto mi mano tropezó con el culo de Miriam, ella volteó a mirarme y nos quedamos como lelas, mirándonos a los ojos sin decir nada y solo me acerqué a sus labios y la besé… no sé por qué, pero fue… muy… rico… - me dijo Rosi con mucho nerviosismo.
    
    Yo seguía mirándolas a las dos, sin decir nada. La verdad, me había impactado la situación, pero también me había gustado, había sido una experiencia muy particular. Mis dos mujeres amadas, cuñadas y solo desde hacía poco tiempo medio curruñas, en un acto totalmente lésbico, delante de mí. ¡Que arrecho!
    
    - Alex, mi amor, yo tampoco sé bien lo que nos pasó, a mí nunca se me había ocurrido besarme con una mujer, siempre me he considerado totalmente heterosexual, no me gustan las mujeres ni para amigas, pero cuando ella se tropezó conmigo, con mis nalgas, sentí un corrientazo por todo ...
    ... el cuerpo y luego la veo mirándome a los ojos y no me pude controlar. Te juro que no entiendo, pero de que fue rico, fue rico – se explicó Miriam, a lo que Rosi, supongo que, en señal de camaradería, le agarró una mano bajo el agua.
    
    - ¿Lo volverían a hacer? – les pregunté… ellas se miraron y al poco asintieron ambas con movimientos de cabeza y sonrisas cómplices…
    
    - Pues yo estoy muy excitado con esto, así que mejor nos vamos a nuestra habitación los tres, porque esto no se queda así. Quiero hacer el amor con las dos – les dije, en un estado de excitación muy fuerte.
    
    Nos fuimos a la habitación, nos duchamos juntos los tres, nos secamos el cuerpo y a la cama. Allí empecé a acariciarlas a ambas a la vez, simultáneamente, disfrutando de esos dos cuerpos maduros y hermosos que se me ofrecían con gusto. Las besé, les chupé los pezones, me comí sus coños, las masturbé y me chuparon a dúo, seguimos con caricias a nuestros sexos, yo a ellas, ellas a mí. Cuando ya consideré que mis dos hembras estaban a punto de caramelo, las hice poner sus culos en pompa, una al lado de la otra y empecé a puntearles sus vaginas con mi pene. Una y otra, una y otra. Un verdadero carrusel de sensaciones me invadía, de tener rendidos ante mí esos dos traseros tan exquisitos, tan suculentos. Metí mis dedos, acaricié en forma sus clítoris y luego penetré a Miriam, profundamente, de un todo. Le di duro, con ganas, me la follé. Sentí que mi pene llegaba hasta el fondo de su vagina, a la entrada misma ...