1. Mis adoradas mujeres


    Fecha: 12/10/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos

    ... de su útero. Le di múltiples bombazos, uno tras otros, sin parar, durante varios minutos. Sus leves gemidos eran gratificantes a mis oídos, me hacían sentir grandioso. Luego se lo saqué y se lo metí a Rosi, igual de profundo y le di muy buenas estocadas, a fondo, entrando y saliendo. Ella gemía como nunca, desesperada. Aquello era épico. Ese fue nuestro juego durante más de 20 minutos, según nos informó Miriam porque tenía de frente el reloj despertador. Mete y saca, mete y saca, cambio, mete y saca, mete y saca, cambio. Solo se oían los gemidos de mis chicas, que, por demás, eran hembras silenciosas y discretas en eso de gemir y gritar. Luego empecé a dejar caer gotitas de aceite de bebé en sus agujeros negros, preciosos y deliciosos y a meterles un dedo primero y luego dos. Los gemidos se multiplicaron. Con verga entrando y saliendo de su coño y mis dedos fallándole su culito, Miriam tuvo su segundo orgasmo y se desplomó con mis dedos aún en su culo y mi verga hasta el fondo. Me cambié a Rosi y la penetré igualmente hasta que obtuvo su segundo orgasmo, esta vez extensísimo. Tanto que casi se desmaya. Cayó sobre el colchón y yo sobre ella, pero no había terminado aún. Miriam se dio cuenta de ello y entonces me hizo parar y desconectar a Rosi, me agarró la verga y se la llevó a la boca y me dio una mamada marca ACME. Con garganta profunda y todo. Allí quedé roto. Caí entre las dos. Miriam se tragó todo mi semen y fue entonces cuando Rosi revivida le lamió los labios y ...
    ... alrededores, limpiando los restos. A partir de allí, se concentraron en darse placer entre ellas y me dejaron de voyeur, en primera fila. Se dieron con todo, con muy poca pericia, pero con mucha pasión. No era mi primer trío, antes de casarme con Miriam había tenido cuatro oportunidades diferentes, pero no con hembras de esta categoría. Y la mejor parte fue la de ellas; por lo sensible de mi posición, algo que nunca había presenciado. Se trataba de mi esposa y de mi hermana-amante. Fue realmente un espectáculo VIP.
    
    Desde esa noche, Rosi aceptó totalmente que Miriam había vuelto y que por ello la desplazaba a un papel secundario en mi vida. Lo comprendió y se adaptó. Pero al menos, seguimos siendo amantes. Y ella y Miriam se siguieron divirtiendo, de vez en cuando. Ninguna de las dos tenía experiencia previa ni estaban interesadas en otras mujeres, pero entre ellas, bueno…
    
    A la noche siguiente, Rosi se llevó a Orlando a su habitación, sin decirnos ni pío. El hombre había ido a mi casa para conversar con Miriam sobre los resultados de unos exámenes de rutina que ella se había realizado días antes de reaparecer, pero no pudo, porque mi querida hermana lo secuestró apenas lo vio entrar. Ellos también se dieron con todo, por los gemidos que se podían escuchar.
    
    Orlando regresó al apartamento de la playa, donde seguiría viviendo por espacio de seis meses más, mientras le salía su traslado al Hospital Universitario y lograba colocarse en alguna clínica privada. Mantuvo contacto ...