1. Mis adoradas mujeres


    Fecha: 12/10/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos

    ... a su lado, yo soy la persona más indicada para levantarle el ánimo, la que siempre lo hace reír – ante esta respuesta, Rosi le apretó la mano y le recriminó:
    
    - No es momento para este tipo de discusiones. No estoy jugando. Quiero que te vayas de inmediato y no regreses acá sin mi autorización. Mi hermano no necesita de tus locuras, necesita mi apoyo. Ya te avisaré para que, entonces sí, lo diviertas. Ahora vete ya… - y la miró con su mejor cara de fiera, esa que ponía cuando se le atravesaban los apellidos. Su hija sabía que no estaba de bromas, la conocía muy bien y se retiró, no sin antes despedirse de mí, cariñosamente.
    
    Una vez que Camila se fue, Rosi regresó a mis piernas y se abrazó a mí, me hablaba dulcemente al oído, diciéndome que todo iba a mejorar, que habíamos pasado por peores cosas y siempre nuestro amor había logrado triunfar.
    
    - Alex, mi amor, me parece que Miriam está pasando por un muy mal momento en su vida, está en su punto más bajo y necesita espacio y tiempo para reencontrarse y recuperarse. Dáselo, si de verdad te ama como tú a ella, lo logrará y volverá a ti. Si no es así, la vida continuará y tendrás que seguir adelante. Mírame a mí, una vez pasé por algo terrible, pero te tuve a mi lado y salí avante. Sin mamá, papá y muy especialmente tú, no lo hubiera podido lograr. Tal vez habría abortado y terminado de puta por ahí. Pero ustedes no me fallaron. Ahora yo estoy contigo, para lo que sea necesario. No te fallaré, lo sabes…
    
    La verdad, sus ...
    ... palabras y especialmente el cariño y el amor con que las dijo, me reconfortaron. Tener a alguien como mi hermanita, a mi lado, era mágico. Y así entré en mis 49 años. Pidió por teléfono una pizza y unas cervezas y almorzamos, solos, ella y yo. Luego nos sentamos en la terraza, frente a la piscina y abrazados nos quedamos dormidos en el sofá, casi toda la tarde.
    
    Al anochecer me dijo que la acompañara a su apartamento, para ir a buscar ropa y otras cosas, porque pensaba quedarse conmigo por un tiempo, día y noche. De esa manera empezamos a convivir en mi casa, todo el tiempo.
    
    El siguiente fin de semana, sábado en la mañana, Camila, ya con autorización de su madre, se presentó en mi casa a la hora en que estábamos desayunando. Traía una sonrisa muy pícara, parecía que algo estaba tramando. Su madre se dio cuenta y de inmediato la interrogó:
    
    - ¿Qué te traes, Cami? Esa carita de angelito que no rompe un plato, ya la conozco. ¿En qué andas?
    
    - ¡Nada, mami, solo estoy contenta porque por fin me diste tu autorización dictatorial para venir a ver a mi tiito lindo! Ni siquiera me dejaste felicitarlo por su cumpleaños, mala gente…
    
    - Dios te bendiga, mi niña. Gracias por venir, hija, pero la verdad ese día no estaba para nada, ni para nadie. Ya tu madre te contará lo que pasó y estoy seguro que entenderás. Otro día celebraremos como a ti te gusta – añadí.
    
    Mi niña entendió, pero como siempre, empezó a hacerme carantoñas, muecas, mimos. Era una criatura tan hermosa, que me ...
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