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Pija ajena en concha, culo y boca trae problemas
Fecha: 01/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... conviene. Hace seis meses que la tengo y sería raro si en poco tiempo más no comenzara a ponerse posesiva. Es algo muy natural por lo que es aconsejable cortar en muy buenos términos”. - “Y ella lo sabe?” - “No, pues el corte consiste en espaciar las llamadas hasta que resulte natural su cese definitivo. Miren, justo ahí viene”. La mujer que se aproximaba era un monumento a la sensualidad. Su andar era propio de la persona elegante, sin afectación ni exageraciones. Estimo que el valor de su vestimenta y accesorios superaba un sueldo mío. - “Elsa, mi amor, te voy a presentar estos invitados”. Exprofeso me había ubicado último, tapado por uno que debe haber sido mellizo de Goliat. Cuando me tocó el turno la dama perdió toda su solvencia, y el elegante aplomo se vino abajo. La súbita palidez, inmovilidad e incontrolable temblor en las manos hicieron que el amante la sostuviera al tiempo que yo saludaba. - “¡Querida!, qué gusto encontrarte, veo que hubo cambio de programación, en lugar de reunión con amigas es reunión con amigos”. - “Se conocen?” - “Sí don Jorge, es mi señora. Tesoro, el dueño de casa nos acaba de contar tus excelentes aptitudes para dar y recibir placer, de uno, de varios, en la cama o donde sea. Espero que esta promoción aumente tu clientela y recibas muchos requerimientos en el futuro”. - “No sé qué decir”. - “No se preocupe señor, yo le agradezco que me haya permitido conocer una faceta de mi esposa que ignoraba. Agradeciendo ...
... la gentileza de su invitación me voy a retirar para que mi señora pueda, con total tranquilidad, satisfacer los deseos propios y ajenos de aquellos que quieran participar. Hasta otro momento”. Llegado a casa después de hacer un regreso extremadamente doloroso, Sofía me recibió mirándome espantada. - “¡Qué pasó!, tu cara hace suponer una desgracia”. Le conté paso por paso lo sucedido, y le pedí ayuda para empacar mis cosas pues me iba. - “A dónde vamos?” - “Vas a venir conmigo?” - “Por supuesto, solo no te voy a dejar, mi hermana se puede ir a la mierda”. Quedamos en que ella se encargaría más delante de mandarme el resto de mis pertenencias y, tomando lo necesario para pasar algunos días, nos fuimos a un hotel. Ahí tomé conciencia de que mi problema personal podría traer consecuencias perjudiciales para el estudio y, por eso, de inmediato lo llamé al socio que me pidiera reemplazarlo y con quien generalmente me entendía. - “Hola don Leopoldo, disculpe día y hora pero necesito hablar con usted ¿tendrá algunos minutos?” - “Hola Federico, el tiempo que necesites; si querés que hablemos personalmente podemos aprovechar que estoy en la casa de un amigo, cerca del estudio”. - “Sería mejor, si me da la dirección en unos minutos estoy ahí”. Así lo hizo y nos encontramos, primero le conté todo y luego le expresé mi temor de que el señor Balmaceda pudiera creer que, en un arranque de furia, pudiera usar mi conocimiento de temas sensibles de sus empresas ...