Infiel por mi culpa. Puta por obligación (18)
Fecha: 09/01/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... contornos, haciendo ruidos al chuparnos los labios, desprendidas de la inicial vergüenza y, fue entonces cuando su mano, la que tenía en mi hombro, bajó hasta mis pechos, ahuecándola sobre mi endurecido seno por encima de la tela, acariciándolo, presionando con delicadeza y seguramente, sintiendo ella la excitada turgencia de mi pezón. —Sin querer, cierro mis ojos para rememorar el momento, quizá sintiendo un delicado placer al narrárselo y al mismo tiempo sin ser capaz de adivinar qué piensa mí marido de lo que le estoy contando.
—Me dejé llevar también por lo que sentía y tuve ganas de acariciarla y aunque obviamente no debía, mi cuerpo lo pedía. ¡Pero qué mierdas!, pensé y no me resistí más. La abracé con determinación y descolgando luego una mano le apreté la nalga, no recuerdo si la izquierda o la derecha, pero sí que le pegué su buen estrujón.
— ¡Y ya! –Abro los ojos, me atrevo y miro a Camilo. – La separé con cariño y pocas ganas la verdad, pero ya estaba hecho. Intenté mantener la compostura y el control de mis sensaciones después de aquel acto, sin embargo era mi primer beso con otra persona distinta a ti y de mí mismo sexo. ¡Una mujer, mi vida! Con ella, mi boca te traicionó por primera vez y fue, –para qué negarlo– diferente, delicioso y excitante para K-Mena y para mí. Lo lamento, en serio.
— No sé qué más puedo decirte, pues no salgo de mi asombro ya que no pensé que además de lo que ya sabía, tuvieras guardadas más sorpresas para ofrecerme, pero en ...
... fin... ¿Y ellos que decían o que hacían? ¿Supongo que el tumbalocas estaría muy animado de verlas a ustedes dos en acción?
—Por supuesto que estaban asombrados y excitados por igual. Diana con sus manos unidas por las palmas, metidas en el medio de sus piernas manteniéndolas bien apretadas, subiéndolas y bajándolas repetidamente. Carlos boquiabierto y en calzoncillos, no podía ocultar que lo había pasado fenomenal. ¿Me entiendes? Se le notaba que tenía la verga tiesa por debajo de su bóxer.
—En cuanto a José Ignacio pues… ¡Sorpréndete! Estaba serio y pálido. Me dio la impresión de que no le había gustado y si bien intentó disimularlo posteriormente detrás de una leve sonrisa, lo noté enojado. Sí, lo que has oído, él se veía enfadado.
—Hummm, cuando nos acercamos nuevamente a la mesa, fuimos recibidas por un admirado ¡Wow, chicas! ¡Eso fue súper-deli y re-intenso! de Diana, el característico silbido lujurioso por parte de Carlos, que sudaba excesivamente, y yo me esperaba el comentario burlón con sabor a frustración por parte de José Ignacio. ¿Pero sabes qué? Enmudeció, no dijo nada.
—Aquella reacción hizo que yo estallara por dentro de júbilo, me hizo sentir vencedora y empecé a sonreírle con ironía, mientras caminaba por detrás de él y estirando mi brazo, lo tomé descuidado y le quité de su mano la braga del bikini, diciéndole: ¡Creo que esto es mío! ¡Y esto también!, retirando del centro de la mesa mi fucsia sostén. Luego me ubiqué en mi lugar y le di un gran sorbo ...