1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (18)


    Fecha: 09/01/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... a mi Daiquirí para menguar lo alterado de mis pulsaciones.
    
    Camilo prosigue caminando sin fijarse en mí y sin alterarse, lo cual me desconcierta. Esperaba un reclamo airado, alguna sentida objeción a mi comportamiento infantil, traicionero y lésbico, pero no me demuestra nada, salvo su desconcierto.
    
    — ¡Jueputa Camilo, dime algo por Dios! –mirándolo extrañada, se lo reclamo airada. – ¡Cualquier insulto, alguna reacción a lo que te acabo de contar!
    
    Por fin se detiene y me mira de soslayo. Me pongo nerviosa conjeturando que me va a responder algo así como que soy peor persona de lo que él pensaba, o que esto que ha escuchado de mí no se lo esperaba, ya que en su semblante puedo observar algo de asombro y frustración, quizá también ahora habité en su corazón mucho de decepción.
    
    ¡Y Dios me escucha!, pues mi esposo justo terminando la adoquinada calle, en la rotonda frente a la entrada al Fuerte Rif me habla finalmente, –pero en un tono muy calmado– para decirme que lo espere aquí un momento, y caminando con rapidez se adentra por el escarzano arco de piedra, –con sus retorcidas rejas abiertas de par en par– invitándole a perderse de mi vista dentro de su penumbra; perpleja me quedo a solas nuevamente, con los dos pilares maquillados de un amarillo mostaza frente a mí, sosteniendo entre sí, el gran letrero gris con sus letras vino tinto, dándome la bienvenida.
    
    Abandonada ahora por mi marido, me veo rodeada de amplias sonrisas y cordiales saludos de las personas que ...
    ... pasan por mi costado, mientras que algunas familias que se quedan cerca buscando urgidas una mesa libre para descansar, y otras parejas de enamorados que saciados de besos, caricias y alcohol, abrazados se marchan buscando tal vez mayor privacidad. Y así van transcurriendo los minutos, colocando en pausa no solo los agridulces recuerdos, si no esta conocida sensación de liviandad corporal y aturdimiento mental causado por el delicioso ron.
    
    Muchos semblantes son de trotamundos que entusiasmados, se cruzan por delante de mí aguzada visión, compartiendo su alegría y algún que otro trago con cualquier desconocido, sin ningún tipo de egoísmo. Y rostros más serios pero respetuosos, demuestran que a pesar del cansancio de trajinar durante el día, están dispuestos como siempre a colaborar con alguna indicación solicitada. La gente local es muy Dushi y amable, a pesar de que a estas nocturnas horas, tan solo deseen llegar cuanto antes a sus casas para descansar.
    
    Reviso el móvil mientras que regresa Camilo y al no tener mensajes, decido llamar por la aplicación de mensajería a Iryna para saber algo de mi hijo, y aunque la veo en línea, mi «amiguis» rusa no me responde. Espero unos minutos más y la sigo viendo conectada, tal vez ocupada chismoseando como de costumbre con alguna de las otras vecinas.
    
    De piedra, como los fortificados muros de este fuerte quedo yo, al escuchar con excesiva claridad mi nombre, –lo oigo no demasiado lejos– y darme cuenta que haciéndose un hueco entre ...
«12...567...15»