Infiel por mi culpa. Puta por obligación (18)
Fecha: 09/01/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... y tomo del interior de mi bolso, los pañuelos faciales para limpiar este desastre. ¡Ojala todo lo que he destrozado en mi vida, fuese tan fácil de arreglar!
—Tranquila, Mariana. ¡Que este primer trago, sea para aquellos que ya no están entre nosotros! —Y con su dedo índice, –repitiendo la operación hasta tres veces– encausa el pequeño pozo hasta lanzarlo por el borde de la mesa hacia los adoquines.
Yo sonrío y le ayudo secando con dos pañitos faciales los restos de mi estropicio, mientras él enciende su cigarrillo y sosteniéndolo entre sus labios sirve, nuevamente, el ron en mi copa. Sin afán toma uno de los pañuelos de papel desenvolviéndolo, lo dobla en dos a la mitad y lo envuelve con cuidado en su dedo índice, para terminar dándole forma de cucurucho y lo coloca aplastándolo por la base en el centro de la mesa para utilizarlo como cenicero.
De manera humilde le doy las gracias y tomo mi copa elevándola frente a su rostro, para libar con serenidad, mojando de a poco mis labios cual si fuese un ritual religioso, saboreando este exquisito ron antes de pasármelo de un solo envión y de clavarle a mi esposo el puñal que no esperaba recibir de mí en su pecho. ¡Pufff! Suspiro y tomo aire, necesitada de un impulso para continuar.
—Cómo te decía y tú lo sospechas, esa noche ocurrió algo más. Diana propuso seguir jugando pero yo tras dar el último sorbo al coctel, me puse en pie y les respondí a los cuatro que para mí ya estaba bien de juegos. K-Mena retirando por fin ...
... las manos de su rostro me miró angustiada, como si creyera que era por su culpa que yo me marchaba e hizo el intento de detenerme agarrándome de la mano.
— ¡Te queda la mitad de la cerveza, flaquis! Tómatela con calma y nos vemos en un rato. Voy a llamar a mi marido para saber cómo se ha portado nuestro hijo. —Le dije y ella con su bonita sonrisa, manteniendo el rubor en sus mejillas, aflojando el agarre se volvió a acomodar en su asiento. Fui directamente a la recepción para solicitar la llave de la habitación y reclamar de paso las tres toallas.
—Como sabes nuestra habitación estaba ubicada en el tercer piso, así que deseché la idea de subir por el elevador y utilizar las escaleras. En el rellano del segundo piso tuve la sensación de ser perseguida, por lo que me arrimé hacia la alfarda agarrándome nerviosa de la barandilla y me detuve un instante para observar si alguien me seguía o era simple y llanamente un temor irracional, más no ví a nadie. Unos escalones antes de llegar al tercer piso, todo permanecía a oscuras y al colocar mi pie sobre el último peldaño, el detector de movimiento se activó, iluminando por completo el pasillo.
— ¿Me sirves otro trago, por favor? Lo necesito. —Se lo solicito pues me siento ahora bastante apenada con Camilo. Mientras destapa la botella, yo me llevo a la boca un cigarrillo y nerviosa lo enciendo. Luego recibo la copa y doy un corto sorbo, mientras mi mirada no abandona la tristeza de sus ojitos cafés.
—Descuidada, dándole ...