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Incesto a la japonesa
Fecha: 20/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos
... sábana, pantalla, que había dejado perdida con sus jugos. Se quitó la enagua, se puso las bragas, cogió un pijama de seda, azul, compuesto por una chaqueta y un pantalón, se lo puso, volvió a la cama y durmió a pierna suelta. Deja que te haga correr A la mañana siguiente, Ame estaba en pijama haciendo la cama cuando oyó una voz a sus espadas. -¿Has dormido bien? Le mintió. -No, pensando en lo que me hizo, casi no dormí. Se acercó a ella, le echó las manos a la cintura, la arrimó a él y le dijo: -Dame un beso. -No. Aiko, cómo estaba acostumbrado a hacer lo que le salía de las pelotas, le echó las manos a las tetas y magreándoselas le besó el cuello. -Deja que te haga correr. -Suélteme. Ame quiso librarse de él, pero no pudo. Aiko le bajó el pantalón del pijama y su mano derecha se metió dentro de las bragas. Con un dedo dentro de su coño le dijo: -Quiero volver a follarte. -No. Le bajó las bragas, sacó la polla empalmada y se la frotó en el culo. -¿Me vas a dar tu corrida? -No. Le subió la chaqueta del pijama y se la quitó por la cabeza. -¡No siga! La echó boca abajo sobre la cama. -¡Pare, pare! Aiko le puso una mano en la espada para inmovilizarla, lamió sus nalgas y luego subió lamiendo su espina dorsal. Besó su cuello por ambos lados y volvió a bajar lamiendo. Al llegar al culo le quitó la mano de la espada, le separó las nalgas con las dos manos y le lamió el ojete. Ame sin moverse, le dijo: -No, no siga, ...
... no siga. Le clavó la punta de la lengua en el ojete, la sacó y al volver a meterla el ojete ya ya estaba pulsando. -Por favor, déjeme. Cuando se hartó de comerle el culo, le dijo: -Date la vuelta. Ame se puso a lo largo de la cama, se dio la vuelta. Con un brazo tapó las tetas y con la mano del otro tapó el coño, y le dijo: -No quiero que siga. Aiko subió a la cama, le puso las manos sobre las rodillas e hizo fuerza hasta que Ame se abrió de piernas. Le quitó la mano del coño y frotó su cara con el vello de su pelvis, lo olió y después comenzó a lamer de abajo a arriba. -No, no, no, no. Esta vez le lamió el coño del mismo modo que lamen el agua los perros al beber. Ame dejó que se lo comiera. Al rato Aiko le preguntó: -¿Te vas a correr? -No. Siguió lamiendo de abajo a arriba... -Córrete para mí, Ame. -No. Lamió de abajo a arriba más aprisa... -Córrete. -No. Lamió de abajo a arriba a toda pastilla... Ame tapó la boca con las dos manos y silenció sus gemidos, pero no pudo evitar correrse. Aiko sintió los jugos calentitos en su lengua, se la metió dentro de la vagina y no la quitó hasta que no acabó de correrse Al acabar, mirando para sus tetas y para su coño, le dijo: -Eres una maravilla de mujer. Ame bajó la cabeza. -Estoy avergonzada de lo que ha ocurrido. Aiko se desnudó y le puso la polla en los labios. Ame puso cara de grima y le hizo la cobra un par de veces. Viendo que no se la mamaba, Aiko buscó la ...